Canarias ya lleva varios días registrando más de 200 contagios diarios de coronavirus. Los casos en Santa Cruz de Tenerife, según los datos analizados por elDiario.es, han aumentado un 29% en las últimas dos semanas. Las infecciones en Las Palmas han caído un 9%.
La evolución del virus en el Archipiélago, comparada con la media nacional, ofrece una imagen atípica. Es la primera vez desde el verano que las curvas de incidencia están muy cerca, casi pegadas. La de España reportando 130,51 detecciones por cada 100.000 habitantes; la de Canarias computando 116,84. A este ritmo, las Islas podrían verse en una peor situación que la media estatal, y quizá eso termine por activar todas las alarmas y reforzar las medidas de protección contra la COVID-19, como ha hecho, sin meter mucha mano, el Gobierno regional esta semana, adelantando el toque de queda a las 22:00, reduciendo el aforo en interiores y terrazas de hostelería y las reuniones entre no convivientes
La curva del coronavirus en las Islas está plana con una ligera tendencia al alza. El portavoz del Ejecutivo autonómico, Julio Pérez, recalcó este jueves que la intención del Gobierno no es que esto se mantenga, sino que la transmisión caiga en picado hasta alcanzar una incidencia cercana a 50, el umbral que han marcado los expertos para relajar las medidas y que no se produzcan repuntes. El problema es que el nivel 2 del semáforo de alertas no está terminando de funcionar. Tanto Gran Canaria como Tenerife vieron frenadas sus bajadas de contagios cuando alcanzaron ese marco de riesgo medio, en el que se encuentran ahora. Y como ambas islas son las que monopolizan las detecciones de COVID en el Archipiélago (por pura densidad poblacional, salvo casos excepcionales como Lanzarote a principio de año), si estas no controlan la epidemia, la incidencia en Canarias no cae.
El gráfico deja una imagen muy clara: ha hecho más España por cazar la incidencia de Canarias que viceversa. Lo que también se puede decir de otra manera: España está mucho más lejos de su pico de diagnósticos que Canarias. Esto no significa que el Archipiélago deba seguir adoptando una postura complaciente. Organismos internacionales de prevención de enfermedades como la OMS o la ECDC han hecho hincapié en que la IA debe bajar hasta 50 para abrir la mano en las restricciones. Es lo que hizo Extremadura, cuya curva se asemeja mucho al promedio estatal. Y es lo que ha pedido la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Que Canarias sea capaz de replicar eso suscita, por ahora, muchas dudas, pues lleva más de medio año sin alcanzar el nivel de riesgo bajo. En estos momentos, además, no solo preocupa la dificultad que ha tenido el Archipiélago para aplacar como es debido la enfermedad, sino que las infecciones están repuntando en Santa Cruz de Tenerife (29%), así como las hospitalizaciones (97 en las últimas dos semanas, un 41% más) y los ingresos en UCI (20, un 25% más). La provincia más occidental de las Islas es la que peor tendencia presenta en España. La provincia de Las Palmas, por su parte, ha protagonizado un descenso de los contagios del 9% en las últimas dos semanas. También han caído los hospitalizados (18%) y los pacientes críticos (44%).
Según los datos del Ministerio de Sanidad, Canarias detectó 233 casos este viernes. Es la cifra más alta desde hace un mes y solo Madrid, con 1.059 nuevos positivos y País Vasco (297) registraron más. En estos momentos hay nueve comunidades en una mejor situación epidemiológica que el Archipiélago. Son Baleares, Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Murcia y La Rioja. La cuestión es que todas ellas han pasado de incidencias muy altas que se desbocaron en Navidad a dejar atrás la tercera ola gracias a las duras restricciones. El Archipiélago puede presumir de haber actuado rápido y haber contenido la expansión del virus en Tenerife y Gran Canaria cuando ambas entraron al nivel 3 de alerta (riesgo alto). Pero en el momento en que cayeron a nivel 2, todo eso se esfumó.
La mayoría de las autonomías han hecho un esfuerzo titánico para reducir la tasa de diagnósticos tras lo vivido entre enero y febrero, mientras que Canarias, como no se encontraba en una mala posición de partida y nunca ha alcanzado el nivel de riesgo extremo, se ha instalado en ese limbo entre 100-120 de incidencia que no es muy alto, pero que se trata de un terreno peligroso donde la epidemia puede estallar en cualquier momento. Hasta el momento, eso sí, no lo ha hecho.