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La promotora de Dreamland se hace con el control de un digital y de la productora de las audiencias trucadas en TVC

El empresario José Antonio Newport, promotor entre otras iniciativas del proyecto de parque temático cinematográfico Dreamland, se ha hecho con el control de la productora Etiazul, S.L., la única beneficiada por el fraude en las audiencias en la Televisión Canaria descubierto el pasado 2022. A través de una ampliación de capital de 200.000 euros, el empresario majorero ha pasado a ser el principal partícipe de esta sociedad limitada, a cuyo frente ha colocado a su asesor fiscal de confianza, José Luis Pérez Cruz, tras cesar en el cargo de administrador único el periodista Pedro Guerra, que continuará dentro de la empresa, pero ya en minoría.

La operación se llevó a cabo el pasado 4 de agosto, según el Registro Mercantil, y consistió en esa ampliación de capital, que eleva este hasta los 210.000 euros y la sustitución del administrador único. 

Newport ha preferido “no comentar, ni confirmar ni desmentir” estas informaciones cuando le fueron trasladadas para recabar su versión. Pedro Guerra, al que este periódico envió un amplio cuestionario por correo electrónico y por WhatsApp, tampoco ha querido contestar. 

La operación se produjo en fechas cercanas a la presentación ante Televisión Canaria de un nuevo formato por parte de Etiazul, Turno de Tarde, un programa vespertino diario con el que la productora trata de desplazar a Doble Diez Canarias, históricamente responsable de Buenas Tardes Canarias, esta última temporada bajo el nombre de Nunca es Tarde

Además de la productora, Etiazul es la propietaria de la cabecera digital Tiempo de Canarias, a cuyo frente sigue figurando el periodista Pedro Guerra. Es el mismo digital fundado en 2015 que comenzó su andadura como Canarias en Hora, nombre que se vio obligado a cambiar en 2019 tras una sentencia judicial firme que daba la razón a Clan de Medios, la editora de Canarias Ahora, por la confusión a la que se prestaban ambas marcas. 

Ni Newport ni Pedro Guerra han querido tampoco contestar a este periódico sobre la eventualidad de una sustitución al frente de esa cabecera dada la nueva propiedad mayoritaria de la misma.

El nuevo accionista mayoritario de Etiazul asume, además del fondo de comercio de esa entidad, que viene produciendo programas para la televisión canaria desde 2019 y editando un periódico digital desde 2015, unas deudas a largo plazo de 778.585 euros, de las que 489.992 son con entidades de crédito, así como unas deuda a corto plazo de 109.632 euros, de las que 55.632 están contraídas con bancos. Así se recoge en las cuentas de 2022 presentadas ante el Registro Mercantil, en las que figuran unas pérdidas de 84.168,17  euros en el pasado ejercicio.

Desde que produce para la Televisión Canaria, Etiazul ha facturado más de tres millones de euros. Pero el grueso de su producción televisiva se cortó a mitad de 2022 al descubrirse un fraude en las audiencias que beneficiaba exclusivamente a sus programas, particularmente Confesiones, que presentaba Pedro Guerra, y Aquí la tele. Posteriormente se le contrató un programa folclórico, Con el timple a cuestas, presentado por el timplista Benito Cabrera, que aún está en emisión.

Otros escándalos políticos

Además del fraude en las audiencias televisivas detectado en 2022, en el que la productora aparece como única beneficiaria de los registros de dos audímetros que fueron retirados, Etiazul también está relacionada con varios escándalos políticos, como los contratos fraccionados a su favor en el Ayuntamiento de Mogán por los que está siendo investigada la alcaldesa, Onalia Bueno (socia local de Coalición Canaria) y Grimanesa Pérez, presidenta de la empresa pública Mogán Sociocultural. O el hallazgo de dos informes plagiados por los que cobró unos 30.000 euros de la Consejería de Obras Públicas en la legislatura 2015-2019, cuando al frente de ella se encontraba el mismo consejero que lo es en la actualidad, Pablo Rodríguez, de Coalición Canaria.

Newport es una veterana empresa que ha destacado desde sus inicios por su especialidad en los cursos de formación auspiciados a través del Servicio Canario de Empleo. Con base inicialmente en Fuerteventura, la compañía ha experimentado en los últimos tiempos una llamativa expansión a otros muy variados negocios, incluida la acuicultura, la sanidad o el mercado inmobiliario.

Tras fracasar en su intento por instalar cerca de las dunas de Corralejo (La Oliva) su parque temático Dreamland, trasladó el proyecto a la isla de Gran Canaria, concretamente al municipio de Telde, para presentarlo en unos terrenos cercanos al antiguo campo de golf de El Cortijo. De momento, el proyecto se encuentra en información pública después de haber obtenido las bendiciones del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de Telde.

Paralelamente, el propietario de Newport, José Antonio Newport, ha desplegado una frenética potenciación de su imagen incluyendo su incursión en las entidades y organismos de representación empresarial, como el Consejo Económico y Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o la Confederación Canaria de Empresarios, además de invertir 500.000 euros para que Dreamland se convirtiera en el patrocinador privado principal del equipo del Gran Canaria de baloncesto, propiedad del Cabildo de la isla.