La consigna fue clara e imperativa desde la empresa: borrar todas las grabaciones realizadas por los medios de comunicación presentes o por cualquier particular que usara su móvil e inmortalizara el momento. Bajo ningún concepto podía quedar constancia de lo dicho por el propietario del zoológico tinerfeño Loro Parque, Wolfgang Kiessling, durante la entrega de los premios Gorila 2023, el pasado viernes (4 de octubre) en, nada menos, la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias y ante una selecta representación del Partido Popular.
La orden de borrar el fragmento conflictivo de la intervención del empresario alcanzó a las televisiones locales y a todas las empresas de comunicación existentes, y la única grabación que permanece en Youtube desde el domingo presenta un descarado corte en el minuto 17:20. Justo el momento en el que el célebre empresario alemán asentado en el Puerto de la Cruz desde 1972 suelta esta perla que atribuyó al presidente del Consejo Económico y Social de Canarias (CES), allí presente: “José Carlos Francisco, que hoy está con nosotros, ha dicho un día que es más fácil traer un inmigrante ilegal y darle una estancia en España que importar un pájaro. Así que ustedes imaginen qué problemas tiene un zoológico para traer, de vez en cuando, un animal que verdaderamente necesitamos”.
La frase censurada fue estrictamente esa, y así consta en las escasas grabaciones de particulares que han sobrevivido a la censura, pero no obedeció a un desliz del orador, que tenía claro que lo quería decir y lo dijo, solo que enseguida el resto de responsables de su empresa (y quizás otros asistentes) fueron conscientes de su posible repercusión e interpretaciones e hicieron todo lo posible por borrarla de la existencia. Sin embargo, Canarias Ahora tiene en su poder una grabación y reproduce aquí lo dicho por Kiessling y las maniobras para que se desconociera.
A pesar de lo dicho por el empresario, no existe ninguna referencia en internet (algo muy extraño en estos tiempos) sobre una afirmación similar de José Carlos Francisco, quien fuera presidente de la CEOE y consejero de Hacienda con Coalición Canaria, por lo que debió decirla, en tal caso, y siempre según se expresó Kiessling padre, en un contexto particular o íntimo.
Lo dicho por el dueño del famoso zoológico de Punta Brava (Puerto de la Cruz) tiene aún más relevancia en la actual coyuntura que atraviesa el fenómeno migratorio, el rechazo del PP a negociar la distribución de menores entre todas las comunidades autónomas y el uso de este asunto en un pleno en el Congreso pretendidamente monográfico, pero usado finalmente para hablar de ETA, extinta hace trece años. Además, en la sede de Presidencia estaban el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Manuel Domínguez, presidente del PP en Canarias; el eurodiputado conservador Gabriel Mato, uno de los agraciados con el Premio Gorila; el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, Lope Afonso (PP), y su hermano, Leopoldo Afonso, alcalde del Puerto desde el 16 de agosto pasado por mor de una moción de censura con la supuesta ultraizquierda de Asamblea Ciudadana Portuense pese a no presentarse a la Alcaldía.
Intervinieron Domínguez y Mato y, por supuesto, elogiaron la labor de Loro Parque, su fundación y otras empresas del grupo. Asimismo, asistió el consejero de Medio Ambiente en la Representación Permanente de España ante la UE, Miguel Castroviejo. Los premios galardonaron precisamente a Mato y a Castroviejo por su labor en la conservación de las especies amenazadas.
Discurso alarmante sobre sostenibilidad con duras críticas a ecologistas
Durante la intervención del hijo de Kiessling, Cristoph, presidente de la fundación Loro Parque, se escucharon críticas duras contra los ecologistas (algo muy habitual en los alegatos de ambos) por entender que solo obedecen a intereses particulares, al tiempo que resaltó la labor que hacen recuperando hasta doce especies de loros. Según recalcó, los ecologistas suponen “una nueva industria y, en realidad, no son ecologistas, sino gente que busca riqueza. Quieren cambiar nuestro modo de vivir y obligarnos a respetar sus valores: vivir veganos, no comer (sic) leche, no usar lana, no montar a caballo, no tener mascotas, no visitar zoológicos como Loro Parque… Declaran que (es) mejor un animal muerto que uno como mascota. Reciben muchos millones de donaciones y no gastan ningún dinero en los animales. Y esto en los tiempos de la sexta extinción. Es increíble, por no decir ridículo, que haya gente que siguen esta movida”.
En ese mismo discurso con carga de profundidad curiosamente ecologista y de sostenibilidad, Cristoph Kiessling advirtió de la desaparición creciente, seguramente sin vuelta atrás y gravísimas consecuencias de especies al día en todo el planeta y la alarmante disminución del número de ejemplares de animales otrora muy habituales.
También alertó del crecimiento poblacional, de que mil millones de personas viven en extrema pobreza, de la escasez de agua dulce, las tormentas la contaminación por CO2, la polución, la contaminación de los mares, la sobrepesca y la desforestación, “lo que provoca la desaparición de seis especies cada hora”. Según sostuvo, “los expertos dicen que un 80% de los mares del planeta azul están vacíos y cada año desaparecen 130.000 Kilómetros cuadrados, la superficie de Inglaterra”. De ahí que defendiera las fundaciones y zoológicos para la protección de especies y su difusión a los niños y otras personas (700 millones cada año) por la fuerza de las sensaciones “únicas que supone ver de cerca a un animal, que crea un vínculo de admiración y respeto”. A su juicio, los zoológicos son “embajadas de los animales, un seguro contra la extinción”.
Eso sí, nadie aludió luego a lo de la “inmigración ilegal” (por mucho que las ONG y muchos humanistas se afanen en recalcar, sin mucho éxito ante algunos, que ninguna persona es ilegal), los pájaros, otros animales de zoos y los permisos para ser importados o conseguir residir en países como España.