Elián L.M., vecina del municipio de Puerto del Rosario (Fuerteventura), ha iniciado los trámites para presentar en las Cortes de Florida (EEUU) una solicitud formal de guarda y custodia de su hijo Daniel, de 12 años, que el pasado 28 de julio fue entregado a su padre, residente en Miami, por orden de un juzgado de Gran Canaria y en contra de la voluntad del menor.
La madre del niño ha contratado los servicios de un despacho de abogados estadounidense para intentar que Daniel regrese a Canarias con ella, según ha explicado a este periódico su letrada en las Islas, Vanesa Piedravuena, que colabora y mantiene hilo directo con el bufete de Florida. El menor ha relatado que sufrió malos tratos por parte de su padre durante los cuatro años y cuatro meses -desde marzo de 2012 hasta julio de 2016- que convivió con él antes de volver y quedarse con su madre en Puerto del Rosario.
Ahora Daniel lleva ya casi tres semanas con su padre, Jorge A.B., en Miami, a donde llegó como consecuencia de la ejecución de una sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Las Palmas de Gran Canaria y ratificada después por la Audiencia Provincial. Fue la Abogacía del Estado, que ha actuado en este proceso en defensa de los intereses del padre, quien presentó la demanda para la restitución internacional del menor.
La resolución judicial que ordenaba a Elián entregar a su hijo se basaba en un acuerdo privado suscrito entre los progenitores en septiembre de 2012, en un momento en el que la madre recibía tratamiento psiquiátrico por un traumático episodio de violencia de género -fue secuestrada y violada por un hombre que acabaría siendo condenado a nueve años de cárcel-. Ese escrito fijaba la custodia residencial del menor junto a su padre en EEUU, pero también mantenía en vigor un acuerdo firmado entre ambos en 2005 -año de nacimiento de Daniel- que otorgaba a la madre “el poder residencial primario” y “la posesión física del menor”.
Aunque, a diferencia del primero, el acuerdo de 2012 no fue rubricado ante notario ni apostillado según las normas de la Convención de la Haya, los tribunales dieron plena validez al documento y, con ello, la razón al padre.
La representación de Elián aún alberga la esperanza de que el Tribunal Constitucional revoque la sentencia de la Audiencia Provincial. El alto tribunal aún no se ha pronunciado sobre el recurso de amparo que presentó el 7 de junio. La abogada de la madre había solicitado que se suspendiera la entrega del menor a su padre hasta que la sentencia fuera firme, esto es, hasta que el Constitucional decidiera, pero todos los intentos por evitar la marcha de Daniel resultaron infructuosos.
Vanesa Piedravuena recuerda que ni Elián ni Jorge tienen la guarda y custodia del menor. La madre ya la había solicitado en el Juzgado Mixto número 2 de Puerto del Rosario, que había dejado en suspenso la demanda hasta que se resolviera el procedimiento por restitución internacional de menores, puesto que estaba en cuestión de quién era la competencia, si de los tribunales españoles o de los estadounidenses. A la abogada de Elián también le consta que el padre la ha reclamado en los juzgados de Florida en dos ocasiones, ya que la primera, presentada sin asistencia letrada, fue archivada por “un defecto formal” en mayo.
Para litigar en EEUU, los abogados de Elián presentarán el informe de parte que plasma los “abusos piscológicos, físicos, el pánico, la indefensión y el agravio comparativo que percibía con sus dos hermanastras (fruto de otra relación de su padre)” que, según atestiguó la psicóloga que lo atendió, Elena Rodríguez, sufrió el menor junto a su progenitor. También han pedido que el niño sea examinado por el gabinete psicológico de los tribunales de Florida, una diligencia que no fue admitida por el juzgado de Gran Canaria.
Piedravuena reconoce las dificultades para pleitear en EEUU. “Aunque al menor se le escucha, el principal valor debe ser probatorio, con testigos. Y allí no hay testigos que lo acrediten (que sufrió malos tratos)”, asevera. Elián ha mantenido durante todo el proceso que el niño comenzó a relatar a cuentagotas tras su regreso a Canarias la “tortura” que asegura haber padecido con su padre en Miami y ha admitido que su “gran error” fue no haber interpuesto una denuncia cuando su hijo empezó a contarle una serie de episodios violentos que el propio Daniel retrató en 35 dibujos realizados en la consulta de la psicóloga Elena Rodríguez.
Para el proceso judicial en Florida, los abogados de Elián aportarán documentación que corrobore “que el menor estaba bien aquí, que tenía buenas notas, que empezaba el instituto y que había formalizado su arraigo”. En estos momentos están recabando toda la documentación necesaria para poder presentar la demanda por la guarda y custodia de Daniel.
Piedravuena explica que desde que el niño viajó a Miami la madre apenas ha podido hablar con él “dos o tres veces”. “Le sigue restringiendo la comunicación. Sólo puede hablar con la madre cuando el padre lo permite. Cuando Elián llama por teléfono, no lo coge, y el niño no tiene teléfono. Las pocas veces en las que el padre le marca el teléfono, las conversaciones son controladas, con la presencia del padre delante”, relata. Elián no dispone aún de visado para viajar a EEUU.