La Empresa Mixta de Aguas de Las Palmas de Gran Canaria (Emalsa) cumple 40 años con el reto de mejorar sus instalaciones y el servicio que presta en los próximos diez años, pero, sobre todo, lograr que los ciudadanos confíen en que el agua que sale del grifo se puede beber.
“Casi 400 trabajadores se dejan la piel y los laboratorios hacen miles de analíticas al año” con ese fin, ha afirmado este martes en declaraciones a los periodistas la directora general de Emalsa, Mercedes Fernández-Couto, quien ha reconocido que el hecho de que la gente no la beba es como una “espina clavada”, porque “no hay confianza”.
La directora de Emalsa ha recalcado que son “muchos los retos” que se marca la compañía para los próximos años, pero “el suyo personal es que la gente de la ciudad confíe en que el agua que sale por los grifos la puede beber”.
“Si no te gusta no la bebas, pero es muy importante que se confíe en la calidad del agua del grifo”, ha abundado, al tiempo que ha señalado que, de hecho, es la tercera mejor de España según la OCU, por encima de la de Madrid, que tiene tanta fama.
Ha considerado que el que la gente se muestre reacia a beber el agua desalada obedece a que antes “salía turbia y había mucha desconfianza”.
Con motivo de estos 40 años, Emalsa ha organizado una jornada para abordar sus 'Desafíos y retos“ con expertos nacionales e internacionales para analizar el futuro de la gestión del agua, la desalación y la reutilización de este recurso, en el que jugará un papel fundamental el nuevo Plan Estratégico de Infraestructuras Hidráulicas 2024-2033 del municipio.
La alcaldesa de la ciudad, Carolina Darias, junto a la directora general de Emalsa, ha destacado que este plan, que supondrá una inversión de 857 millones de euros, permitirá seguir prestando un servicio de calidad con la creación de una nueva desaladora en la zona norte de la ciudad, además de mejorar el saneamiento y construir más depuradoras para que no haya vertidos.
El plan estratégico del ciclo integral del agua marca la “hoja de ruta” para los próximos años de Emalsa, una compañía público privada referente, ha afirmado la alcaldesa.
La directora general ha incidido en que la compañía presta un servicio fundamental y ha coincidido con Darias en que el plan estratégico aprobado marcará el futuro de Emalsa y, por ello, lo han querido compartir con expertos para llevarlo a cabo con la mejor tecnología y de la forma más rápida posible.
Fernández-Couto ha manifestado que la empresa está “muy bien posicionada a nivel mundial”.
Ha indicado que el porcentaje de pérdidas en su red es del 18,3 %, y se ha conseguido mejorar en cuatro puntos porcentuales en los últimos años gracias a las inversiones efectuadas.
Ha informado de que la desaladora de Emalsa tiene 30 años y funciona “muy bien”, con una eficiencia energética que es la clave para reducir el coste de producción del agua.
De hecho, ha apuntado que en estos años se ha logrado reducir el coste, ya que en 1997 la energía que consumía para un metro cúbico de agua eran 6,5 kilowatios y en 2023 se ha logrado que eso suponga 3,4 kilowatios, por lo que ha hecho hincapié en que, para reducir el coste del agua, es preciso conseguir mayor eficiencia energética.
Fernández-Couto ha recordado que el precio del agua en la ciudad lleva más de diez años sin subirse a sus 192.000 abonados.
La directora de Emalsa ha manifestado que el problema del agua en la ciudad radica en poder garantizar el suministro, y que, por ello, el plan estratégico incluye una nueva desaladora en la zona norte.