Tres años después, David Jiménez (Barcelona, 1971), exdirector de El Mundo, ha reconocido en su libro El director (Libros del KO) que no hizo caso a quienes le advertían de que el periódico estaba participando en la cacería a la entonces diputada de Podemos y magistrada Victoria Rosell: “Como director no había hecho las preguntas necesarias y había desatendido las sospechas de quienes desde el entorno de la acusada me habían advertido de que se trataba de una conspiración”.
El libro de David Jiménez ha sacudido los ambientes periodísticos y políticos del país al desvelar cómo vivió el año que estuvo al frente del diario, al que acabó demandando invocando la cláusula de conciencia: un cambio sobrevenido de línea editorial contrario al que imperaba al acceder al cargo. Periodistas de la casa han reaccionado furibundamente contra él en las redes sociales por la crudeza con la que describe los comportamientos poco éticos de algunos de los que fueron sus subordinados.
Jiménez reconoce en su libro que, en el caso concreto de la cacería que sufrió la jueza Rosell, a la que El Mundo dedicó media docena de portadas negándose en todo momento a publicar sus escritos de rectificación, se dejó llevar por el periodista que firmaba todas las noticias al que menciona en su libro con el apodo de Asuntos Internos.
Asuntos Internos está propuesto para declarar como testigo en el juicio que, aún pendiente de fecha, sentará en el banquillo al juez Salvador Alba, acusado de haber cometido cinco delitos mientras conspiró contra la jueza Rosell alimentando la querella que ante el Supremo había interpuesto el exministro José Manuel Soria (PP). Entre otros, los delitos de revelación de secretos y falsedad en documentos judiciales, precisamente por la filtración a la prensa, particularmente a El Mundo, de los informes presuntamente falsos que elaboró mientras sustituyó a Rosell al frente de su juzgado cuando lo abandonó para presentarse a las elecciones. La Fiscalía pide para él 10 años de prisión y 29 de inhabilitación.
El exdirector de El Mundo recuerda: “La diputada me llamó varias veces para denunciar que todo era parte de una conspiración del juez y de Soria para destruirla, una versión que Asuntos Internos desmentía y que a mí me resultaba poco creíble. ¿Un ministro y un juez conspirando contra una jueza en Canarias?” Efectivamente, no la creyó.
Jiménez vio confirmadas las advertencias de esa conspiración cuando ya había abandonado la dirección de El Mundo en mayo de 2016, pocos días después de que se conociera una grabación en la que se escuchaba perfectamente al juez Alba conspirar contra Rosell para alimentar la querella de Soria, finalmente archivada. Ahora, tres años después, confiesa que su juicio periodístico “había sido nublado por el deseo de quitarme de encima la percepción de que estaba virando el periódico a la izquierda y acelerando con ello la caída de su difusión”.