No son buenos tiempos para el Servicio de protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Lanzarote. Al menos tres agentes de esa unidad y la sargento jefa tienen expedientes abiertos. Los hechos y la gravedad son diferentes, en cada caso, pero todos se han abierto en los últimos meses.
La mayor parte de estos expedientes se le han abierto a la sargento jefa del departamento Gloria Moreno. Los dos primeros ya se han resuelto con una falta leve, con la pérdida de un día de sueldo. Lo llamativo de la situación es que no se trata de negligencias sino de acciones que sus superiores consideran que afectan a la buena imagen de la Guardia Civil por tramitar quejas de ciudadanos que habían puesto denuncias y fueron a interesarse por el estado en que se encontraban.
El primer expediente se produce tras una queja del director del Centro Isla de la Graciosa, Aurelio Centellas, representante del Ministerio en el Parque Natural. En el transcurso de una sesión de la Comisión insular de caza que se celebró en junio de este año, la jefa del Seprona pregunta por el destino de ocho gatos a los que se ha dado caza en La Graciosa.
Centellas admite en su respuesta que se han capturado “con carácter extraordinario y fuera del protocolo” y que se entregaron los animales al Centro de acogida de Teguise. El caso es que de los ocho gatos capturados solo llegaron dos a su destino. No se sabe qué ha pasado con el resto. La discusión no es si hay que capturar a los gatos, porque estos acaban con la biodiversidad de La Graciosa, pero para eliminarlos hay que seguir un protocolo y contar con un veterinario.
Después de esa comisión, Centellas presenta una queja ante la Guardia Civil porque considera que la jefa del Seprona no ha sido respetuosa con él, cuestionándolo en público y no en privado por estos hechos, cuando desde hace años siempre ha colaborado con el Seprona.
El segundo expediente se produce poco después. Una vecina de los diseminados de Argana, Pino Hernández, denunció el año pasado en el cuartel una situación que lleva soportando desde hace tiempo, y es que su vecino deja restos de coches y chatarra junto a la puerta de su casa. “Puse la denuncia y no me dieron número de registro, después me lo dieron por teléfono pero no vino nadie por aquí”, asegura esta vecina.
Un año después acudió al departamento de Infracciones del Ayuntamiento de Arrecife y le dicen que su denuncia no se ha tramitado, así que acudió al cuartel de Costa Teguise, pidió el Libro de quejas e hizo constar los hechos. Es la sargento quien le atiende y tramita la queja. El expediente se lo abren a ella porque consideran que ha inducido a esta vecina (que tuvo que ir a declarar como testigo en ese expediente), a poner la queja y que eso afecta a la imagen del Cuerpo. Este expediente también se resuelve con la pérdida de un día de sueldo. Por otra parte, en esta ocasión sí que se tramita la denuncia por la chatarra.
Pero lo más grave está relacionado con cuatro delitos de maltrato animal a cuatro perros: King, Athenea, Lynx y Duque. Son cuatro casos distintos que denuncian las asociaciones Sara y Huella a Huella. Uno de ellos ya tiene condena y otro tiene acusación de Fiscalía. La responsable de esta asociación, Nuria Cárdenas, explica que pusieron las denuncias en el Seprona y que un tiempo después acudieron a interesarse por su tramitación, para saber a qué Juzgado se habían remitido las actuaciones. De las cuatro denuncias, la sargento no localiza el expediente de ninguna y responde, por tanto, que no hay constancia de que fueran tramitadas o remitidas a ningún Juzgado. La investigación tampoco era muy compleja, porque, excepto uno, el resto de los animales tenía chip.
La Guardia Civil abre expediente a los tres agentes que estaban trabajando los días en que se pusieron las denuncias, pero también abre dos expedientes a la sargento: uno por no tener el registro de esas denuncias y otro por la respuesta que da a las protectoras. Se da la circunstancia de que la responsable del Seprona en Lanzarote se encontraba de baja maternal cuando se hicieron esas denuncias. Por otra parte, las denuncias se reiteran y los casos han avanzado. Ana Belén, una de las responsables de Sara, señala que pusieron una queja porque vieron “que no se había hecho nada y el de King había sido un caso muy mediático, por el que la gente nos preguntaba”. Asegura que colabora con Sara desde el año 2009 y que “hay un antes y un después en la relación con el Seprona desde que llegó la sargento; antes no se hacía nada sobre maltrato animal y ahora parece que hay más implicación, y los casos llegan a juicio”.
Este periódico se ha puesto en contacto con Gloria Moreno para recabar su opinión sobre los expedientes pero no ha querido hacer ninguna declaración. Desde la Guardia Civil señalan que se trata, en todo caso, de hechos puntuales y que se van a depurar responsabilidades de forma interna en una investigación que aún permanece abierta.