Cinco años por asaltar una vivienda en Maspalomas y maniatar a sus dueños

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

El Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas de Gran Canaria ha condenado a cinco años de prisión a tres ladrones que asaltaron de madrugada una vivienda de Maspalomas, golpearon a sus dueños hasta conseguir la clave de la caja fuerte y se llevaron medio millón de euros en dinero y joyas.

El robo contó con la colaboración del hijo de las víctimas, Miguel R.R., que también participó en el asalto a la vivienda, pero que ha resultado finalmente absuelto porque los médicos determinaron que en esos momentos sus facultades mentales estaban completamente anuladas por su grave adicción a los estupefacientes.

La sentencia considera probado que Miguel R.R. planeó el robo con los tres procesados, Juan Jesús R.O., Nahum D.G. y Manuel P.S., para saldar las deudas que tenía con ellos por cuestiones de drogas; de hecho, les facilitó los planos de la casa y los lugares donde se encontraban las dos cajas de seguridad de sus padres.

El robo se produjo en la madrugada del 7 de octubre de 2013 en el Campo Internacional de Maspalomas, cuando los cuatro ladrones -incluido el hijo de las víctimas- entraron encapuchados en la vivienda por una ventana, mientras los ocupantes de la casa dormían.

Los asaltantes maniataron y amordazaron al matrimonio que residía en la casa y consiguieron, con amenazas, la clave de una caja de seguridad. Sin embargo, al comprobar que no había el dinero que esperaban, elevaron el tomo de sus amenazas y golpearon al propietario, hasta lograr que les abriera la otra caja.

Entonces, tres de los ladrones huyeron de la casa con 200.000 euros en efectivo y joyas valoradas en 280.782, mientras Miguel R.R. se quedaba en la vivienda a liberar a sus padres. Después, se presentó ante la Policía y confesó los hechos.

El juez considera a Juan Jesús R.O., Nahum D.G. y Manuel P.S. culpables de un delito de robo con violencia en casa habitada, con la agravante de disfraz, por lo que condena a cada uno de ellos a cinco años de prisión.

En el caso de Miguel R.R., la sentencia le concede el beneficio de una eximente completa por adicción a las drogas, pero le impone una medida seguridad: cinco años de libertad vigilada, con la obligación de someterse a desintoxicación y de participar en programas formativos y laborales.