A la Brigada Político-Social de la dictadura franquista le preocupaba sobre todo el abogado Félix Parra Suria. Un comisario llegó a reconocerlo ya resignado ante el advenimiento de la democracia. Y así lo resaltan también los que han sobrevivido a la represión y a los años: “Félix era nuestro bastión por la seguridad que nos inspiraba, por su entereza y por su valor; era uno de los hombres más valientes que teníamos en la clandestinidad”, dice de él su compañero en El Despacho Joaquín, Quino, Sagaseta.
Prácticamente lo mismo dice de él otro histórico del Partido Comunista, Adrián Déniz, que considera a Parra “una herramienta fundamental en la lucha antifranquista” que en Canarias tuvo algunos hitos trascendentales como los encierros en la Casa Sindical, en las oficinas del exportador Marcelo Báez o en la catedral de Las Palmas de Gran Canaria.
Félix Parra Suria, que falleció la madrugada de este domingo en Las Palmas de Gran Canaria a los 78 años, se implicó en esa vertiente del compromiso político y de la acción jurídica tras acabar su pasantía en el despacho de César Llorens e integrarse en el de Fernando Sagaseta en la calle de Viera y Clavijo. Junto a ellos, otros históricos del activismo completaban el plantel: Carlos Suárez y Augusto Hidalgo, padre del actual candidato a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria por el PSOE.
Nacía El Despacho, hoy en pie con la misma vocación gracias a otros abogados que han adaptado a otras luchas aquellas luchas de antaño: Joaquín Sagaseta, Pedro Limiñana, José Ramón Pérez Menéndez, Elena Oramas… y otras más recientes incorporaciones como Alejandro Pérez Peñate, secretario general del Consejo Ciudadano Insular de Podemos en Gran Canaria.
En El Despacho ejerció hasta hace poco más de un año Félix Parra como reconocido experto en Derecho Civil. Joaquín Sagaseta se confesaba este domingo consternado por la pérdida de su compañero de despacho y su “bastión” en la clandestinidad. “Intransigente con la mezquindad, con el abuso y las actitudes verticalistas y autoritarias”, Sagaseta destaca de su compañero y camarada su “formación marxista depurada, con criterio propio. No era un hombre del coro”.
De carácter bonachón, con un finísimo sentido del humor y gran conversador, Félix Parra mantuvo casi oculta una faceta muy interesante de escritor y poeta. Escribía a mano textos que nunca quiso que se publicaran.
El cuerpo Félix Parra Suria será incinerado este domingo, a las 22.00 en el tanatorio de Las Torres.