El pasado jueves fallecía el abogado Carlos Suárez, conocido como el Látigo Negro, a los 84 años. Un símbolo de la izquierda y un referente en la Transición en Canarias y en la lucha por el derecho de los trabajadores. Su deseo era que se le despidiera en la intimidad, con su familia y amigos más cercanos.
Un líder en la lucha antifranquista, a principios de los años 60 abrió uno de los primeros despachos de abogados laboralistas de España, en Las Palmas de Gran Canaria, y consiguió mejorar las condiciones de trabajo de los aparceros, los portuarios y los guagüeros. En 1963 comenzó a militar en el Partido Comunista de España (PCE), año en el que se produjeron las detenciones de muchos militares en las islas, entre ellas la de Fernando Sagaseta.
A finales de la misma década se vio en la obligación de exiliarse a Francia y en su regreso al Archipiélago, tras unos enfrentamientos con la dirección del PCE, fundó el Partido Comunista Canario.
Unos años después, en 1977, encabezó la lista del Pueblo Canario Unido (PCU) y, aunque no logró convertirse en diputado electo, su partido fue la tercera fuerza más votada en la capital grancanaria. En su lucha por la defensa de los trabajadores, en 1979 vuelve a presentarse como candidato independiente con la Organización Revolucionaria de Trabajadores (OTR).
A partir de ese año decidió dejar de lado la política activa y dedicarse únicamente a la abogacía, interviniendo de forma esporádica en la firma de algún manifiesto de la izquierda nacionalista en las islas.