La Fase 3 no trae grandes cambios a La Gomera: “Las reservas van algo lentas, pero debemos ser pacientes”

Cuatro islas se encuentran desde este lunes en la fase 3 de la desescalada, una de ellas es La Gomera. Se trata de la última de las etapas y donde se contemplan algunos cambios hacia “la nueva normalidad”. Pero la “nueva realidad” es bien distinta, porque sin turistas, no hay turismo, aunque esos cambios permitan a los territorios en Fase 3 que alojamientos turísticos puedan abrir sus zonas comunes hasta un 50% de su aforo o que bibliotecas y museos puedan realizar actividades culturales. Otras de las medidas autorizadas en La Gomera, El Hierro, La Graciosa y la balear Formentera desde este 1 de junio es que tanto en restaurantes, como bares y cafeterías sus clientes ya pueden hacer de la barra, siempre y cuando se respete la distancia de seguridad de dos metros de distancia, su lugar preferido para tomarse algo. Aún así en La Gomera la mayoría de la gente todavía prefiere hacerlo en las terrazas, aprovechando el buen tiempo, y prueba de ello es cómo está funcionando el sector hostelero en la isla.

Así, mientras La Gomera avanza hacia una nueva fase, adaptándose a los cambios que de algún modo ha impuesto la COVID-19 cara al futuro, una parte considerable de complejos turísticos y del sector prefieren seguir preparándose para abrir sus puertas más adelante, ya sea en julio o en octubre, sin lanzarse todavía a la apertura autorizada de estas primeras fases. Si no hay turistas ni conectividad con el exterior, no tiene sentido. Es el caso del Residencial El Llano, ubicado en Valle Gran Rey. Su director, Matteo Bertocci, adelanta que a partir del 1 de julio se podrá disfrutar nuevamente de las instalaciones de su establecimiento. “Hemos tenido que adaptarnos tanto para que los clientes puedan hacer uso de la piscina, como de las zonas comunes o en la limpieza de los apartamentos y seguir así el protocolo indicado por las autoridades competentes. Los clientes dispondrán de mascarillas, geles...para poder disfrutar de esta forma de unas vacaciones seguras”, destaca Bertocci.

Además resalta que todo ello ha supuesto “un gasto importante para el establecimiento, principalmente porque hemos tenido que adquirir nuevos productos de limpieza, además de otras herramientas, como por ejemplo, que los clientes puedan hacer el checking online o que puedan pagar a través de las diversas plataformas, para que de esta manera exista el menor contacto directo con el mostrador o con la recepción y garantizar así la mayor higiene posible”, aclara el director de este residencial situado en el oeste de la isla. Su horizonte está puesto en el mes de julio, al final de toda la desescalada y la reapertura de los vuelos internacionales, aunque la intención tanto del Gobierno de Canarias como del Cabildo de La Gomera es que se pueda viajar entre islas ya desde el próximo lunes, 8 de junio, cuando todo el archipiélago alcance la Fase 3.

También ubicado en el mismo municipio se encuentra el hotel Gran Rey, cuyo director de operaciones y comercial, José Luís Mateo, explica que desde mediados de marzo como el resto de establecimientos, cerraron y a partir de ese momento se fueron produciendo las salidas de clientes que quedaban en el hotel. “La fecha de apertura, la que tenemos prevista es en principio en noviembre. Esto es debido a que el mercado internacional que supone casi el 90% de nuestra demanda, en la temporada de verano no tienen intención de venir, según una encuesta de intención de viaje que se ha realizado en Alemania, Inglaterra y países emisores. Por tanto, esta medida nos hace ser prudentes”.

Destaca que una vez que llegue ese mes de noviembre, todos los trabajadores y equipo profesional irán protegidos, y respecto a los clientes se controlarán los aforos, tanto en la recepción, como en el bar, la cafetería o la piscina. “Ahí haremos un trabajo de señalización. Antes hacíamos dos turnos en los servicios de desayuno y comida, pero dadas las nuevas circunstancias se harán más, para que así todo tenga un mayor control”, apunta Mateo.

Según datos proporcionados por la institución insular en cuanto a alojamientos turísticos se refiere, solo un 15% se encuentran abiertos del total de los que dispone la isla, mientras que en tiendas, cafeterías y resto de establecimientos la cifra se sitúa en el 50%. La desescalada va lenta pero segura, con la necesidad de comunicarse con el exterior lo antes posible.

También en el nordeste de la isla colombina se encuentra el Hotel Rural Casa Lugo, que tiene previsto dar la bienvenida de nuevo a sus clientes a partir de julio. “Las reservas van algo lentas, pero debemos ser pacientes. Calculamos que será a partir de octubre cuando comience a moverse el turismo internacional y en agosto el turismo nacional, una vez que ya esté abierto el tráfico entre islas”, destaca de forma optimista su directora, Noelia Hernández.

Una tercera fase que llega con calma, pero sin prisa para el sector hotelero de la isla y en el que todos esperan que los datos mejoraren a partir del otoño, cuando empieza la tradicional temporada alta del turismo en Canarias.

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