Tomar tres helados a la semana puede ser suficiente para mejorar una dieta inadecuada, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid sobre los hábitos alimentarios de los niños de 8 a 12 años.
El estudio, realizado por las catedráticas de Nutrición Ana Mª Requejo y Rosa Mª Ortega sobre una muestra de 520 escolares, concluye que el 13% de los niños sigue una dieta inadecuada, el 81% mejorable y sólo el 6% buena.
La mayor parte de los menores varones que han participado en la investigación tomaba poca vitamina D, yodo y zinc, tres elementos esenciales para ellos.
De hecho, la vitamina D mantiene los niveles de calcio y fósforo en el torrente sanguíneo y la salud de los huesos, mientras que el yodo es esencial para el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea (produce las hormonas que regulan el metabolismo y afectan al crecimiento) y el zinc es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y la cicatrización de heridas.
En el caso de las niñas, la mitad de ellas no toman suficiente hierro ni calcio.
Según la doctora Rosa María Ortega, “en población femenina las deficiencias en hierro y calcio son frecuentes y tienen gran impacto en la salud y funcionalidad, concretamente a partir de la adolescencia las chicas presentan importantes pérdidas de hierro debido a la menstruación”.
En cuanto al calcio, la doctora advierte de que “está muy implicado en el correcto crecimiento y desarrollo, y en la prevención de problemas de salud, como la osteoporosis, en etapas posteriores de la vida”.
Al realizar el estudio, las investigadoras detectaron un consumo muy bajo de helados entre la población escolar (sólo 15,4% declararon consumir helados).
Ambas invesgigadoras se plantearon entonces qué pasaría si se aumentase la presencia de estos alimentos en la dieta de los niños.
Para ello, añadieron a la dieta de los menores tres helados semanales, un experimento que contribuyó a resolver algunas de las carencias detectadas en los niños.
En concreto, los tres helados elevaron la ingesta de nutrientes como la riboflavina, la vitamina B12, la vitamina A y el calcio.
Con ello, el perfil nutricional de los escolares del estudio bajó las calorías aportadas por proteínas y aumentó las procedentes de hidratos de carbono.
En relación con la vitamina A, los tres helados disminuyeron significativamente el porcentaje de niños que no llegaba a cubrir el 67% de la ingesta recomendada.
Especial interés tiene el incremento en la ingesta de calcio, dado que el 97% de los menores del estudio tomaban menos de lo recomendado.
En ese caso, las tres raciones de helado consiguen que el aporte de calcio sea del 102,7% de lo recomendado, lo que resulta mucho más satisfactorio, desde el punto de vista nutricional y de mejora de la salud del hueso, según el estudio.