Especialistas del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria han realizado, por primera vez en Canarias, un injerto maxilofacial con células madres.
La intervención tuvo lugar este lunes y el paciente, un joven de menos de 30 años, había sido operado hace cinco años de un sarcoma de mandíbula, según explicó este martes el cirujano maxilofacial Milan Knezevic, quién dirigió la operación, que se prolongó durante tres horas.
El especialista indicó que hace dos años el paciente se sometió a una operación en la que se le trasplantó una placa de titanio, que aunque se trata de un buen material utilizado en este tipo de intervenciones fue rechazada por el cuerpo del joven, por lo que se pensó en otra alternativa dado que el paciente quería recuperar la geometría de la cara.
Por ello, explicó el médico, se le propuso un injerto del hueso de la cadera, en el que también se utilizarían células madres y un trasplante de plasma rico en proteínas y factores de crecimiento que se obtuvieron de la sangre del paciente.
El doctor Knezevic explicó que el objetivo era obtener el injerto óseo de una de las caderas y de la otra las células madres, con lo que se garantiza, entre otros aspectos, la regeneración del tejido óseo en la zona injertada.
Al injerto óseo se le infiltraron células madres y alrededor el plasma rico en proteínas y en células de crecimiento, dijo el especialista, quién señaló que con ello culminó la primera fase de la intervención, ya que en unos meses el paciente deberá someterse a otra operación para realizarle los implantes dentales.
Explicó que la técnica del injerto es muy conocida y este tipo de intervención se realiza con frecuencia, pero es la primera vez, que, al menos en Canarias, se utilizan células madres, que, entre otros beneficios, permitirá que el hueso injertado se regenere, en lugar de quedar como un tejido muerto a las 72 horas.
Además indicó que en los procesos normales el paciente tarda de tres a seis meses para ser sometido a una segunda intervención, mientras que con el nuevo sistema la recuperación será más rápida y previsiblemente el tiempo de espera se reducirá.
Knezevic explicó que ya había utilizado células madres en otra intervención maxilofacial que realizó para extirpar un pequeño quiste en la zona mandibular.
Para el especialista esta intervención es un paso adelante y tiene un valor especial para los pacientes con cáncer maxilofacial, ya que éstos pierden vasos sanguíneos que no se pueden recuperar con un injerto que no utilice células madres.
Agregó que en el servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Insular de Gran Canaria la mayoría de los pacientes que tienen defectos mandibulares se deben a procesos relacionados con el cáncer, y algunos de ellos desean reconstruir la cara tras superar la enfermedad, mientras que otros no lo desean.
Por ello consideró que este proceso puede animar a los pacientes no decididos, dado que se trata de una técnica que no es muy complicada y que puede tener resultados satisfactorios.