Un hotel dentro de un parque

Canarias Ahora / EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Abierto por obras”. El hotel Santa Catalina, de Las Palmas de Gran Canaria, ha comenzado su fase de apertura con esa original fórmula: manteniendo las obras de rehabilitación que comenzó en julio de 2018, pero mostrándole a la sociedad de la isla cómo va a quedar a partir de su apertura, prevista para el próximo 1 de noviembre.

Aunque mantiene toda su estructura inicial, su majestuoso aspecto, y sus símbolos de identidad tal y como se acabó de levantar en 1890, el Santa Catalina es otro hotel. Recuperados muchos de los espacios que se llevó por delante el ya desaparecido casino, que tuvo prioridad sobre el establecimiento hotelero, diseñado por Miguel Martín-Fernández De la Torre, se ha vuelto a abrir paso gracias a una cuidada restauración de todos sus frescos y murales; la noble carpintería ha sido recuperada cuando no repuesta, con nuevas balconadas hacia el oeste; la azotea que hasta ahora era ocupaba por la maquinaria del aire acondicionado, será una magnífica terraza con DJ abierta a todos los usuarios desde las seis de la tarde; los salones donde tantos actos sociales y políticos se han celebrado, adquieren una nueva dimensión con tan solo unos retoques en sus accesos; zonas inaccesibles a personas con movilidad reducida han sido adaptadas… Pero sobre todo, el nuevo Santa Catalina se ha convertido en un hotel dentro de un parque, el de Doramas, que realza al establecimiento mientras éste realza al parque, que vé cómo una barrera se convierte ahora en un aliado.

Propiedad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a partir de mayo de 2018 es explotado por el grupo Barceló tras el correspondiente concurso público. A día de hoy, el hotel tiene ya cubiertas el 30% de las reservas disponibles para su reapertura, y ya hay salones reservados para antes incluso de esos fastos.

“Después de más de un año de obras nos encontramos en la fase cúspide de acabar con este monumento”, ha destacado este martes durante una visita de los medios de comunicación el director del hotel, Alirio Pérez, quien ha asegurado que el grupo Barceló se siente “orgulloso de poder ayudar a conservar este patrimonio y darle la luz y el esplendor que se le está dando”.

Pérez ha explicado que desde la dirección del establecimiento, sometido a una completa reforma y ahora comercializado bajo la barca Royal Hideaway Hotels, se ha querido “ser prudente a la hora de abrir” al público para no encontrar “ninguna sorpresa”.

Revolución gastronómica

Construido originalmente en 1890, el hotel Santa Catalina dispone en esta nueva etapa de ocho nuevas habitaciones destinadas a personas con movilidad reducida, con lo que alcanza un total de 204, frente a las 196 que había previamente, y de las que 80 son suites. En el aspecto gastronómico, el hotel contará con tres restaurantes, uno de ellos a cargo de los hermanos Padrón, del restaurante El Rincón de Juan Carlos, Estrella Michelín, que han abrazado para su carta la pintura de Néstor. El resto de las cocinas del hotel estarán dirigidas por Iker González, hasta ahora responsable en el hotel María Cristina, de San Sebastián. El Santa Catalina contará con un restaurante junto a la piscina-spa, con un desayunador adaptable a eventos y, como otra destacada novedad, un restaurante-bodega con cocina a la vista habilitada en un lugar estratégico a la derecha de la fachada, donde hasta ahora se encontraba el vestuario del personal.

El celebrado spa ubicado en uno de sus accesos laterales también ha experimentado una reforma total. La piscina pasa a ser a cielo abierto, sustituyendo así a la que se encontraba en su cubierta, que ha sido suprimida.

Los trabajos se centran estas últimas semanas en el exterior del hotel, en concreto por las tres salidas del mismo hacia el Pueblo Canario, el Parque Doramas y hacia la calle León y Castillo, mientras que en el interior se trabaja en detalles como la colocación de lámparas, bombillas y la ropa de cama.

“Muchas cosas han vuelto a lo que eran”, ha señalado Pérez haciendo referencia a que las obras de reforma han respetado y restaurado los murales pintados en las paredes de los salones del hotel por artistas como Jesús Arencibia. Para ponerlo a punto para la inauguración estas semanas trabajan en él alrededor de 550 personas, entre personal del hotel y de obra, mientras que una vez concluidas actuaciones serán 180 los empleados que atenderán a los clientes, cien de ellos provenientes de la anterior explotadora.

Esas casi doscientas personas en nómina han supuesto un aumento del 30% de la plantilla con respecto a la que trabajaba en el antiguo hotel Santa Catalina.

El hotel Santa Catalina, de cinco estrellas gran lujo, ha sido reconocido el pasado fin de semana en la ciudad de Rovaniemi, Finlandia, con motivo de los World Luxury Hotel Awards 2019, como “Mejor hotel histórico de lujo de Europa” y como “Mejor hotel cultural de lujo del sur de Europa”.