No hay pruebas ni las habrá, muy probablemente. El extraño robo en el chalet del exministro José Manuel Soria la Nochebuena pasada va camino de quedarse en un cajón de algún despacho de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas, con el dinero en metálico y las joyas sustraídas en paradero desconocido.
Los investigadores del caso no han encontrado huellas de los asaltantes de la casa desde que rastrearan la finca la misma madrugada de autos, y de nuevo el día de Navidad al levantar el sol. Por tanto, no hay indicios de la identidad de los autores del robo denunciado por el expresidente del Partido Popular de Canarias.
“Usaron guantes, fueron a tiro hecho”, han asegurado a Canarias Ahora fuentes de la Policía Nacional, que de manera oficial se limita a confirmar que las pesquisas se han asignado a la Brigada de Policía Judicial. Y nada más. Extraoficialmente, eso sí, confirman las primeras sospechas al conocerse la noticia: los asaltantes sabían a lo que iban, directamente a la caja fuerte de la vivienda, pero sin dejar rastro alguno. Y con la certeza de que la falta de medidas de seguridad privadas [el chalet carece de alarmas o cámaras] no les delataría.
“No hay huellas, y si no hay pruebas, no se remite nada al juzgado”, como suele ser habitual, dijeron también este martes voces conocedoras del caso. Este sigue abierto en los despachos de la Jefatura Superior de Policía de Canarias pero puede que no llegue a salir de la Supercomisaría en dirección a la Ciudad de la Justicia.
Allí le esperaría el juez de guardia de esa madrugada, Javier García García-Sotoca, magistrado de Instrucción 7 de Las Palmas de Gran Canaria.
“Va a ser complicado”, recalcan. A juicio de la Policía, ha sido un “trabajo limpio”, del que poco ha trascendido desde la madrugada del domingo 25, cuando primero algunos vecinos se extrañaron al ver las puertas de acceso a la finca y la principal de la mansión abiertas, sin que se vieran luces encendidas en el interior a través de las ventanas, y más tarde, ya de madrugada, acudieran varias patrullas.
Fue en torno a las dos de la madrugada cuando el vecindario de Soria, cuya finca da a tres calles distintas de Tafira Alta, percibió el trajín policial de varias unidades de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Algunos policías, linterna en mano, buscaban pruebas en el jardín, mientras otros accedían a la mansión. No se ha confirmado si Soria estaba presente cuando la Policía acudió a su casa, pero sí que el llamativo Jaguar rojo de su hijo se encontraba aparcado en la calle.
Una denuncia en los despachos de la Judicial
Del relato de los presuntos hechos que ha podido reconstruir Canarias Ahora hasta el momento, se desprende que la actuación policial durante la madrugada se limitó al envío de las patrullas de Seguridad Ciudadana, que reportaron sus actuaciones a la Comisaría de Distrito Sur, con competencias en Tafira Alta.
Sin embargo, el día de Navidad, al tiempo que miembros de la policía científica se acercaban a la mansión de los Soria en busca de esas huellas que no han aparecido, el exministro acudió a la sede de la Jefatura Superior de Policía en vez de a la comisaría de Distrito Sur, donde habitualmente se tramitan las denuncias.
Según las fuentes consultadas, desde la misma comisaría o incluso de instancias de mayor rango se decidió, dada la relevancia del personaje, tramitar la denuncia en los despachos de la Brigada de Policía Judicial, en las plantas altas de la Jefatura.
Allí se encuentra el secreto mejor guardado de la investigación, hasta la fecha: la cantidad de dinero en metálico que echó en falta José Manuel Soria al comprobar que le habían reventado la caja fuerte de su mansión; el valor al que ascienden las joyas que también fueron sustraídas y si, además, en el asalto de Nochebuena han desaparecido otros objetos o documentos de importancia para el exministro.
La investigación sigue abierta.