Las representantes legales del personal laboral del Centro de Acogida de menores de La Esperanza, Teya Ramos y Begoña Fleitas, han emplazado a la organización Human Rights Watch a elaborar “una investigación rigurosa, seria y objetiva, un verdadero trabajo de campo” sobre “la realidad” que viven los menos extranjeros no acompañados acogidos en el centro.
En una rueda de prensa, Begoña Fleitas admitió que Human Rights Watch es “uno de los observatorios internacionales de Derechos Humanos más prestigiosos que existe”. Sin embargo, no pudo ocultar su tristeza por el informe de esta organización recientemente publicado, elaborado por una de sus colaboradoras en Europa, Simone Troller, ya que “en absoluto se ajusta a la realidad cotidiana que se vive en el Centro de Acogida” y “ha causado un daño enorme e innecesario a las mujeres y hombres que se dejan la piel cada día para ofrecer a los adolescentes que conviven en el centro la mejor labor educativa y el mayor calor humano del que son capaces”.
La representante legal criticó que uno de los “errores de bulto” cometidos por la colaboradora de Human Rights Watch es que en el informe alega que algunos de los educadores le han facilitado información para su redacción, cuando la realidad es que “en ningún momento le aportaron información alguna”. De hecho, Fleitas aseguró que quienes facilitaron datos a la investigadora fueron “cuatro menores que estaban en ese momento en el Centro”, cuyo perfil responde a “chicos que tienen dificultades para la adquisición de habilidades sociales y que supieron venderle la moto”.
Begoña Fleitas advirtió, además, que aunque el informe de la organización se hizo público ayer, el 18 de marzo Simone Troller “publicó un artículo en el que ya está avisando a la Comisión Europea para que no dé más dinero a España para mantener a los menores extranjeros no acompañados, por lo que hay una intencionalidad previa y no un simple informe objetivo y aséptico de la situación de los chicos en el Centro de La Esperanza”.
En consecuencia, quiso dejar claro que no permitirá que “se menoscabe y se ponga en tela de juicio la profesionalidad y el honor de los 60 hombres y mujeres que conforman actualmente la plantilla del centro de menos, y muchísimo menos con visiones sesgadas, interesadas y claramente maliciosas sobre su labor profesional”.
Que no lo cierren
Por otro lado, Fleitas advirtió a la consejera de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, que proceder al cierre del Centro de La Esperanza basándose en el contenido del informe de Human Rights Watch provocaría que “no se pueda hacer frente a la acogida de menores extranjeros no acompañados en el hipotético caso de que vuelva a haber una llegada masiva o constante de inmigrantes”, y sobre todo, porque el Centro de Tegueste “no tendría capacidad porque ha estado sobresaturado con 80 plazas”.
En su opinión, la consejera “no puede sentirse presionada por un único informe que se emita, al cual se le está poniendo en cuestión su objetividad, porque hay pendientes otros informes en positivo como el del Defensor del Pueblo, que presentará en su momento ante el Congreso de los Diputados”.
Begoña Fleitas, por otro lado, reconoció que el Centro de La Esperanza “no es un chalet de lujo”, pero se mostró convencida de que es el que “mejores condiciones posee para seguir cumpliendo una labor de acogida en 2011 ante una hipotética llegada de más menores no acompañados a las costas canarias”.
Por último, la representante legal del personal laboral del Centro señaló, además, que desde 2006 hasta la actualidad “las condiciones del centro han mejorado sustancialmente, aunque evidentemente no son perfectas”, y puntualizó que a día de hoy en el Centro residen 70 menores repartidos en tres módulos diferenciados, aunque han llegado a haber unos 400.