La Diócesis de Canarias trasladará en octubre la imagen de la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria, a las capitales de todos los municipios afectados por los incendios forestales que este verano quemaron cerca de 10.000 hectáreas en la cumbre y el norte de la isla.
En la ceremonia principal de unas fiestas que los peregrinos a Teror han convertido en un acto de agradecimiento a la patrona de la isla por el hecho de que esos incendios no se cobraran ninguna vida, el obispo de la Diócesis, Francisco Cases, ha anunciado que la imagen de la Virgen recorrerá todas las zonas afectadas.
Su trayecto por la zona afectada por el fuego comenzará el sábado 12 de octubre, en la Fiesta Nacional, y terminará el domingo 20.
“La imagen de la Virgen del Pino, como expresión de acción de gracias y como manifestación de la fe de todos los diocesanos, visitará las poblaciones cabecera de los municipios afectados por este incendio”, ha anunciado el Obispado en Teror.
Con estas palabras leídas por el vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, al final de la eucaristía, se daba a conocer el decreto firmado el mismo 8 de septiembre de 2019 por el obispo Cases, que momentos antes había pronunciado su homilía.
El anuncio recibió un gran aplauso de los numerosos feligreses y representantes institucionales que se encontraban en la basílica asistiendo a la ceremonia oficial del Día del Pino.
Este gesto de la Iglesia de Canarias tiene pocos precedentes, porque hasta ahora la Virgen del Pino solo había salido de Teror para ser trasladada a la catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, cuando se organizan las llamadas “bajadas”.
Minutos antes de que se produjera este anuncio, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), cuya vivienda familiar está cerca del lugar de donde empezó el más grave de los incendios de agosto, reconocía que le agradaba que muchos de lo romeros que han acudido estos días a Teror hayan convertido en esta edición de la fiesta en un acto de gratitud por el hecho de que el incendio pudiera ser frenado sin que ocasionara ninguna víctima mortal.