Un indigno recorrido desluce la Marcha por la Dignidad en LPGC

Como un embudo. Así transcurrió por momentos la Marcha por la Dignidad en Las Palmas de Gran Canaria. La protesta arrancó poco después de las doce del mediodía desde la Plaza Hurtado de Mendoza en dirección a la calle Muro, donde pronto miles de personas se vieron encajadas, en ocasiones no pudiendo desplegar por completo sus pancartas en una calle que se les quedaba pequeña.

Según los organizadores, al pedir el permiso hace diez días, les fue comunicado que el recorrido por la calle Mayor de Triana ya había sido solicitado por los colectivos pro vida para su marcha contra el aborto, por lo que finalmente tuvieron que optar por una ruta secundaria.

Tras atravesar a trompicones la calle Muro, la protesta prosiguió, bajo la lluvia, por General Bravo y Pérez Galdós. Al llegar a la calle Bravo Murillo, los manifestantes mostraron su sorpresa al ver que la Policía Local no había procedido a cortar la vía. Solo al caldearse el ambiente entre conductores y manifestantes, tres agentes de la Policía Nacional que se encontraban junto al edificio del Cabildo de Gran Canaria intercedieron parando el tráfico hasta que la cola de la manifestación alcanzó Tomás Morales.

Para finalizar un recorrido por calles casi desiertas, las cerca de cinco mil personas que se manifestaban para mostrar su rechazo a los recortes, la reforma laboral, la nueva ley del aborto y las prospecciones petrolíferas, cruzaron la calle Doctor Waksman poniendo punto final a su protesta ante Delegación del Gobierno.

Lamentablemente, pese a la notable participación ciudadana, Las Palmas de Gran Canaria tuvo una Marcha por la Dignidad arrinconada y deslucida por un recorrido ciertamente indigno.