La consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, manifestó su tristeza ante las muertes por violencia de género de Expedita Santana, en Lanzarote, G. M. M. M., en Tenerife y Cleva, en Gran Canaria “aunque esta última aún no se puede calificar como violencia de género”. De manera contundente agregó que “se debe terminar con una lacra que padecemos nosotras por el único delito de ser mujeres”.
Estas declaraciones las realizó la consejera al término del minuto de silencio celebrado en memoria de estas mujeres este mediodía en la capital grancanaria. Rojas apuntó que con estas son ya seis las féminas muertas a manos de sus parejas en el Archipiélago durante 2008, y deseó que “esto termine ya, que estas sean las últimas”. Rojas lamentó que “estamos asistiendo impotentes” a esta realidad y por ello abogó a que “algo más debemos hacer para que esta sociedad ”de verdad encuentre la paz“.
Todas la mujeres “tienen derecho a vivir en libertad, a poder decidir” y por esto se debe terminar “con formas de pensar muy arraigadas” que “todavía perduran en algunos hombres que son incapaces de apuntarse al crecimiento como personas”. En este sentido, manifestó que desde el Gobierno de Canarias, en colaboración con todas las instituciones del Archipiélago, “estamos poniendo todos los medios para poder atender a las mujeres víctimas de la violencia de género” y para “prevenir desde los centro escolares”.
Rojas leyó un manifiesto antes de guardar un minuto de silencio en el que se destacaba que este tiempo “es muy poco comparado con una vida”, pero el silencio, aunque “parece que no dice nada, dice muchas cosas porque nos callamos cuando nos desborda una emoción, cuando reflexionamos o no tenemos nada que decir”.
Con este silencio el Gobierno de Canarias “quiere compartir el dolor con las familias” de las mujeres “a las que se ha arrebatado su bien más preciado, su vida, cruelmente e injustamente”, con el “único objetivo” de “someterlas y privarlas de su libertad”. La violencia de género se sitúa como “la principal causa de muerte de las mujeres en las sociedades occidentale” además de ser la responsable de “numerosos conflictos familiares y enfermedades psíquicas”.
La lectura finalizó con el deseo de que todas las instituciones trabajen de manera coordinada “para desconstruir una sociedad asentada sobre valores de desigualdad” entre mujeres y hombres “que no puede continuar”.