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Karma

Yo no soy nadie para dar consejos. Además, se me da muy mal. Me equivoco con facilidad y aunque tengo la buena costumbre de no contestar si no me preguntan, me cuesta. Así que me resultaba muy difícil responder a ese “¿tú qué harías en mi lugar?” cuando Raquel me planteó su dilema. 

“Sinceramente, le dije, yo que tú preguntaría a otroProbablemente cualquier cosa que te diga resultará ilegal o inmoral”. Pero el tipo yacía aún con vida en el maletero de su coche y aunque sus actos fueran deleznables ¿quiénes éramos nosotros para acabar con su vida igual qué él hizo con la de nuestro amigo Andrés?.

Tras un rato en silencio me atreví a sugerir llevarlo a las obras de la nueva piscina municipal. Mi empresa se encargaba de esos trabajos y sabía que justo el viernes habían terminado las canalizaciones y al día siguiente cementarían el fondo, para luego seguir con la impermeabilización. En el peor de los casos no hallarían su cuerpo hasta dentro de muchos años. En el mejor, jamas saldría a flote. 

Han pasado ya cinco años y ayer asistimos al campeonato comarcal de natación. Fue un día espléndido. Las marcas fueron buenísimas, la barbacoa estupenda… aunque yo no dejé de pensar ni un segundo en que Raúl, el ganador de los 400 metros, pasó ocho veces por encima del cuerpo de su padre. 

Cosas de la vida me tocó a mí, como concejal de deportes, colgarle la medalla.