La lotera de la administración de Granadilla de Abona El Calvario, Noelia Suárez, ha asegurado que está “un poco en estado de shock” por haber vendido íntegramente el segundo premio de la Lotería de Navidad a un cliente de una estación de Repsol, que lo distribuyó a su vez en varias gasolineras del sur de la isla.
Suárez ha manifestado estar “contentísima” porque este dinero, los 200 millones de euros de este segundo premio, está muy repartido, ya que personas de paso que han parado por estas gasolineras son las que han resultado agraciadas. La estación que más ha vendido estos décimos ha sido la situada en la autopista del sur, a la altura de la localidad de San Isidro, según Suárez.
La lotera, que lleva un año en la gerencia de la administración El Calvario anoche terminó bastante tarde de trabajar y estaba en la cama cuando se enteró de que había vendido el segundo premio, algo que enseguida sospechó porque el teléfono no paraba de sonar.
Algún premiado se ha acercado esta mañana a la administración, donde se ha brindado con champán, si bien ninguno de ellos ha querido salir del anonimato. Suárez ha dicho que tres de estos agraciados, con un décimo cada uno dotado de 125.000 euros, están en la treintena de años.
Así mismo, ha comentado que otros clientes con premios también le han llamado por teléfono y espera que, a lo largo del día, sigan llegando más a su administración, adonde se desplazó a primera hora del día el delegado comercial de Loterías y Apuesta del Estado en Santa Cruz de Tenerife, Luis de Montes, quien le ha transmitido su enhorabuena.
Suárez confía sobre todo en que quienes hayan ganado estos premios sean las personas “más necesitadas”.
Por su parte, el dueño de la estación de Repsol en San Isidro (Granadilla de Abona), José Miguel González (arriba a la derecha), que compró las 160 series del segundo premio de la Lotería de Navidad y que, a su vez, las vendió en la seis estaciones de su grupo, ha dicho que está “muy feliz por haber traído la suerte a Tenerife”.
González, de 58 años, ha manifestado que debe haber 1.500 premiados con este número porque lo han vendido en las siete gasolineras de su grupo, seis en el sur de la isla y otra en La Laguna, en el norte, pero sobre todo ha dicho que entre ellos figuran los más de 100 empleados de su empresa. En concreto, el tiene tres décimos premiados, que destinará a seguir generando ganancias y empleo.
González ha indicado que todos los años compran varias series de lotería y que este año pidieron el número premiado, el 79.712, que estaba en Alicante, a la encargada de la administración El Calvario en Granadilla de Abona. El dueño de la empresa, que se encontraba en la estación de San Isidro, situada en la autopista del sur de Tenerife, ha dicho que no para de llegar gente a la gasolinera, donde hoy, además de repartir gasolina, se bebe champán y la gente no cesa de dar brincos.
González ha relatado que las series se han vendido décimo a décimo en las gasolineras de su grupo situadas en Adeje, Arico, Granadilla, San Miguel, Arafo, Geneto y La Laguna. Así mismo, ha manifestado que los 96 empleados de todas las gasolineras de su empresa, los cinco del grupo de transporte y combustible y los tres de venta directa, así como los cinco trabajadores de Onda Tenerife, han resultado premiados.
González tiene tres hijos que también trabajan en su empresa, a cuya estación de San Isidro, se ha acercado Isabel Ruiz, de 40 años, que compró un décimo del segundo premio. Ruiz trabaja en un planta de reciclaje de envase en el vertedero de Arico, tiene 4 hijos, y uno de ellos en paro, y destinará el dinero a comprarse una casa porque vive de alquiler, así como a ayudar a su familia porque tiene 12 hermanos y muchos también están en paro.
Jorge Gorrín, otro de los agraciados, pero este con tres décimos, ha asegurado que a partir de este domingo “me parece que voy a ver el mundo entero”, y se siente muy afortunado de nuevo porque hace unos siete años le tocó 1,8 millones de euros en el sorteo de la ONCE. Inmaculada Delgado, de 37 años, es otra de las afortunadas que se ha acercado a la gasolinera de San Isidro nada más conocer que le había tocado el número que siempre compra, el 12, porque ella y sus dos hijas mellizas nacieron el 12 de enero.