MADRID, 23(OTR/PRESS)
Los incendios de la Jonquera y de Portbou, en Girona, fueron provocados por colillas tiradas por la ventana de vehículos. La Generalitat ha pedido a los ciudadanos que extremen las precauciones durante el verano y el Gobierno ha anunciado que endurecerá las penas a los imprudentes mientras que ya son cuatro los fallecidos por los fuegos.
El consejero del Interior de la Generalitat de Cataluña, Felip Puig, ha declarado este lunes que los incendios que continúan sin extinguirse en el Alt Empordà fueron provocados por colillas arrojadas desde vehículos que circulaban por carreteras cercanas. Puig ha hecho un llamamiento para erradicar esa costumbre.
También Artur Mas, presidente del Govern catalán, hizo “un llamamiento a la población, a la de aquí y la de fuera” para que se extreme la prudencia. Criticó con dureza a quienes cometen imprudencias sin tener en cuenta que “las consecuencias son tremendas”. Y también resaltó que este verano las condiciones son “muy malas, porque hemos tenido mucha sequía en invierno, y eso provoca que haya una base en los bosques que muy fácilmente se quema”.
El incendio del Alt Empordà ha afectado ya a unas 14.000 hectáreas, mientras que la superficie quemada ronda las 9.000. Se trata de los incendios más graves que se han registrado en Cataluña desde 1986.
A lo largo del fin de semana, el área oriental del fuego ha quedado, según Puig, “más que razonablemente estable”, mientras que el flanco occidental se ha mantenido sin control. El consejero de Interior consideró que esto se ha debido al viento, que “ha girado de modo extraño, y en una o dos horas ha hecho un giro de 360 grados”.
Preguntado por si se plantea declarar zona catastrófica el terreno, Puig ha asegurado que si los ayuntamientos de las localidades afectadas lo piden se trasladará la iniciativa al Gobierno, pero debatirlo ahora sería “prematuro, y lo más prudente es esperar a apagar el fuego y hacer las valoraciones pertinentes”.
Hasta el momento se han registrado cuatro víctimas mortales del incendio, la última de ellas un hombre de 64 años y nacionalidad francesa que ha fallecido a causa de sus quemaduras en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Además un hombre de 43 años y su hija de 15 fallecieron al tirarse al mar en Portbou para huir de las llamas.
En total, la cifra de heridos por el fuego y los diferentes accidentes que se han derivado de él ha sobrepasado los 80, entre leves y graves. La Generalitat ha abierto el consultorio de Portbou y ha reforzado los centros de atención primaria de la zona. Sólo ocho de los heridos han permanecido ingresados.
“LAS IMPRUDENCIAS SE PRODUCEN CON DEMASIADA FRECUENCIA”
Debido a las graves consecuencias que generan en vidas humanas y pérdidas materiales, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha defendido una reforma del Código Penal que prevé penas más duras para los autores de incendios forestales por imprudencias.
En declaraciones a los medios tras visitar el centro de mando de Figueres, ha explicado que en el caso de este incendio, que se habría iniciado por una imprudencia, cree que “no se puede seguir teniendo una situación penal de este tipo dadas las consecuencias que provocan estas imprudencias que causan catástrofes” y apuesta por ser más contundentes.
“Más allá de las intenciones es una realidad que estas conductas imprudentes y temerarias causan pérdidas de vidas humanas y una pérdida ecológica espectacular, además de pérdidas materiales a miles de personas”, ha indicado el ministro.
Según el ministro, no hay que esperar que pasen incendios como el de Catalunya o el de Valencia para emprender estas reformas y ha lamentado que “las imprudencias se producen con demasiada frecuencia”.
“Hace pocos días tuvimos una desgracia tremenda, el incendio de la Comunidad Valenciana que calcinó 50.000 hectáreas”, ha dicho Fernández Díaz, que ha puntualizado que en todo el año se había quemado una cifra equivalente.
Ha indicado que “tanto en aquel incendio como aquí se pone de manifiesto que son conductas imprudentes temerariamente o imprudentes profesionalmente” las que generan los fuegos, y especialmente ante las condiciones meteorológicas adversas.
Ante la gravedad del incendio, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se ha desplazado a la zona para seguir de cerca las tareas de extinción. 500 bomberos, 200 miembros de la Unidad Militar de Emergencia, y efectivos cedidos por Francia han sido los equipos encargados de la lucha contra el fuego.
SE CONFINAN TRES LOCALIDADES MÁS
El incendio ha obligado a confinar dos campings en Sant Llorenç de la Muga y otro en Albanyà, aunque por ahora no se han desalojado, y ha apuntado que en la localidad de La Vajol se dado la orden de confinamiento, añadiéndose así a Terrades y Darnius.
Además, 800 menores han sido evacuados de campamentos y casas de colonias de la zona. Se les ha trasladado a sus casas o a áreas más seguras por seguridad y tras la preocupación expresada por los padres. Algunas de las zonas de acampada se han visto afectadas por las llamas.
Asimismo, las localidades de Cantallops, Albanyà y Sant Llorenç de la Muga han recibido la tarde de este lunes una orden de confinamiento, con lo que se añaden a Darnius, Terrades y La Vajol y se llega a las seis poblaciones en las que los vecinos deben permanecer dentro de sus casas como consecuencia del incendio del Alt Empordà.
También se ha cortado diez carreteras comarcales: la GIV-5041 en Pont de Molins, la GIV-5044 en Biure, la GI-602 en Sant Climent Sescebes, la GI-502 en Darnius, la GIP-5101 entre Avinyonet de Puigventós y Terrades, la GIV-5105 entre Llers y Avinyonet de Puigventós, la GI-500 entre Agullana y La Jonquera, la GI-501 entre Agullana y La Vajol, la GI-504 entre Terrades y Agullana, y la GI-610 en Vilajuïga.
El suministro eléctrico se rehabilitó en su totalidad este lunes tras haber dejado sin luz a más de 3.000 personas durante el fin de semana. Varias carreteras, entre ellas la AP-7 han vuelto a abrirse, y Adif ha revisado las vías del AVE para asegurarse de que son transitables.