Miedo relativo cerca de las llamas

Después de haber visto quemarse 10.000 hectáreas de pino canario en uno de los peores incendios que se recuerdan en la Isla, parecía que el humo que salía este miércoles desde el barranco de Hoya de la Perra, en el municipio de Ingenio, hacía presagiar lo peor. Sin embargo, fue controlado en unas cuatro horas y afectó apenas a dos hectáreas. Los vecinos, acostumbrados a ver conatos casi a las puertas de sus casas, casi ni se enteraron.

Miguel Suárez paseaba por una calle del barrio de Cazadores cuando vio el humo que salía apenas a unos kilómetros de donde estaba: “Sobre las 20.00 miré hacia el sur y vi como salía humo, muy poco, pero como conozco el tema y sé lo que es un incendio, al verlo alto sabía que era un incendio forestal, y al poco tiempo empezaron a llegar los bomberos, la Guardia Civil...”.

Suárez está jubilado después de haber trabajado más de 30 años en el Cabildo en labores de Medio Ambiente, por lo que sabe bien de lo que habla. “Me asomé a la loma pero ya salía muy poco humo, sabía que por el sitio que era no había peligro para el barrio, y me quedé aquí porque sé que cuanto menos gente vaya a mirar mejor”, comenta.

Carmen Delia, también de Cazadores y vecina de Miguel, vio desde su casa el humo sin pasar de la puerta porque, a pesar de que sabía que no afectaría al barrio, aún permanece en el cuerpo el miedo por los terribles incendios que se produjeron en Gran Canaria hace tan solo unas semanas.

Así, espera que estas cosas sirvan para que no se ceje en las labores de vigilancia porque admite que en el pueblo “nos da miedo que se puedan producir incendios”. “Tiene que haber vigilancia permanente, aunque aparezca un poco de humo, pero hay que evitar que trascienda”, dice.

Ambos reconocen que la zona es propensa a los conatos. Miguel recuerda que hace unos años “se prendió fuego una ladera por aquí cerca que se quedó en un susto, en esta zona hemos tenido varios intentos, como en el barranco de Los Cernícalos”, mientras que Carmen Delia asegura que vio como se quemaba esa ladera también desde su casa.

Eso sí, evitan pronunciarse tajantemente sobre las causas del incendio producido este miércoles. Miguel Suárez descarta que los cazadores tengan algo que ver: “Creo que no, hay gente para todo, pero el cazador sabe que si pega fuego va a quemar sus piezas de caza, que lo haga por un despiste, pues no lo sé, pero el cazador está bastante concienciado y sabe que eso es muy peligroso”.

Según Miguel pueden haber muchas causas, como las circunstancias del campo, “o gente que ha hecho cosas que no debe y ha sido sancionado”, en referencia a los comentados incendios provocados de personas que trabajan en el campo por represalias ante estas sanciones. “Mucha de la gente es que tiene terrenos llenos de maleza o retama y la gente dice que no les deja limpiar, pero con permisos y licencias sí que se puede”, añade, evocando otra de las causas más comunes: la quema descontrolada de rastrojos.

La Pasadilla

Desde La Pasadilla también vieron el humo pero lo que se notó fue la presencia de los medios y efectivos de extinción, como confirma Pedro, a quien aún no se la ha pasado el susto de los peligrosos fuegos producidos hace un mes. “Este no ha sido nada, los que afectaron a San Bartolomé de Tirajana sí que me asustaron porque a punto estuvieron de arrasar una finca que tengo en Cercados Espino”, explica.

Dos jóvenes que le acompañan se alegran de que el viento viniera del norte “porque si no nos hubiera alcanzado”, dicen. Mientras hablan, un helicóptero que realiza operaciones de refresco del terreno afectado sobrevuela la zona y enseguida los tres se dan la vuelta y lo siguen con la mirada, preguntándose, visiblemente preocupados, si puede que se haya vuelto a reavivar el fuego.

Más tarde se enteran por medio de la Guardia Civil de que se trata sólo de eso, de labores de refresco de la zona, pero lo que queda latente en el ambiente es que la gente tiene verdadero temor a que el fuego siga consumiendo la masa forestal de la Isla. Pedro lo tiene claro: “A los que provocan los fuegos había que quemarles sus casas, haber si así se dan cuenta de lo que están haciendo, encima que apenas tenemos zonas verdes vienen estos y nos las quitan”.