El 9 de marzo de 1731, un grupo de 15 familias canarias culminó un largo viaje que llevó a la fundación de San Antonio de Texas. Esta ruta del Oeste, cien años antes que la emprendida por los anglosajones, es también Millstone, el proyecto de los cineastas Teodoro y Santiago Ríos que pretende convertirse en una serie de seis capítulos destinada a las grandes plataformas de contenido audiovisual.
El deseo de plasmar en el cine la historia de la fundación de San Antonio de Texas ha sido un proyecto largamente acariciado por los hermanos Teodoro y Santiago Ríos desde 1991 que tenía un inconveniente, su elevado coste, que superaba los 6 millones de dólares, y por el que se llegó a interesar Andy García después de que su madre le recomendase ver Mambí, el segundo largometraje de los hermanos Ríos.
Para ello se organizó un pase privado en el Teatro Chino de Hollywood, auspiciado por el director del Latino International Film Festival de Los Ángeles, Edward James Olmos, rememora en una entrevista con EFE Teodoro Ríos, quien bromea con el hecho de que el actor de origen cubano estaba dispuesto a rodar por la mitad de su caché: “¡9 millones de dólares!”, exclama entre risas.
Ahora, ya jubilados de la producción y dirección, Santiago y Teodoro, han pasado el testigo a otro miembro de la familia Ríos, Guillermo y su productora River Flow Pictures, que va a relanzar el proyecto convertido en serie televisiva.
“Hay una oportunidad de que salga adelante: las grandes plataformas, como Netflix y Amazon, están necesitadas de mucho contenido diverso y hay un nicho muy especial en guiones de contenido histórico con historias que partan de hechos reales, y más ésta que está muy relacionada con Estados Unidos”, profundiza el cineasta.
Millstone, en versión inglesa, se va a presentar en Los Ángeles a las grandes plataformas de contenido audiovisual con la nueva idea de convertir el guion actual, de dos horas aproximadas en formato largometraje, en una serie de seis capítulos de 50 minutos de duración cada uno.
“Solicitaremos apoyo para tal fin al Ayuntamiento de San Antonio de Texas haciendo valer nuestra condición de ciudad hermana” con Santa Cruz de Tenerife, apostilla el cineasta.
Millstone relata la historia épica de cómo en 1719 el Marqués de San Miguel de Aguayo propuso al Rey de España que 400 familias fueran transportadas desde las Islas Canarias, Galicia y del propio territorio de Nueva España, Tlxascala, para poblar el territorio de los Texas situado al norte, en zonas despobladas. Consideraban entonces, estratégicamente, que “una familia valía más que cien soldados para mantener un territorio”.
Finalmente solo acudieron a la llamada las quince familias canarias, la gran mayoría provenientes de Lanzarote pero también de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y La Gomera. En el caso de las lanzaroteñas, se vieron obligadas a abandonar su tierra por la erupción de Timanfaya, que se prolongó durante seis años.
“Era un viaje de ida, sin retorno” , detalla Teodoro Ríos, quien explica que el título de la serie, en español Piedra de molino, se debe a que los canarios llevaron en su viaje desde las islas dos grandes piedras para moler el gofio, su alimento de subsistencia, y con ellas recorrieron, partiendo de Lanzarote, Santa Cruz de Tenerife, puerto base de la expedición, San Cristóbal de la Habana, Veracruz ya en México, El Saltillo, Monclova hasta finalizar su camino, a casi un año de su inicio, en las cercanías del presidio militar de San Antonio de Bexar, en la frontera política de norte del Virreinato de Nueva España, hoy San Antonio de Texas.
Una de esas piedras se perdió en el camino, posiblemente y de forma accidental cruzando el Río Grande. La que quedó se conserva en el Museo de El Álamo, junto con el nombre de las primeras familias canarias que fundaron la que hoy es la séptima ciudad en población de Estados Unidos con una pujante economía.
El interés de los Ríos por llevar esta historia a la gran pantalla surgió tras visitar San Antonio en 1987 y conocer esta epopeya justo antes de comenzar el rodaje de su primer largometraje Guarapo. Para este fin contaron con Armando Curbelo Cruz, abogado y escritor grancanario, ya fallecido, que había plasmado en un libro los datos contenidos en el Archivo Histórico de la Ciudad de San Antonio de Texas y a quien compraron los derechos para una versión cinematográfica.
Claramente aparecieron los personajes protagonistas de la historia: Juan Leal Goraz, líder natural de la expedición y quien sería el primer alcalde de la ciudad; el guía en Nueva España, Duval, de origen francés; la familia Curbelo, a la que pertenecía una joven de apenas 14 años, María Curbelo, personaje protagonista principal, ya que bajo su testimonio registrado y con su especial mirada “nos relatará el viaje en sus recuerdos”.
María Curbelo sobrevivió a todos los canarios de la expedición original y en sus últimos años, pocos antes de la famosa batalla de El Álamo, era conocida como “la abuela canaria”, rememora Teodoro Ríos.
Al respecto, enfatiza que “en Canarias necesitamos reforzarnos con un imaginario propio, con protagonistas de historias propias en los que buscar referentes, pues ganaremos en autoestima y confianza, podremos asirnos a algo concreto para creer en nuestra valía, que siempre ha estado muy disminuida. Para este objetivo tenemos muchas historias y heroínas y héroes propios a los que acudir”.
Por ello confía en que ahora es el momento de sacar adelante esta historia de pioneros canarios en Texas aprovechando los incentivos fiscales para el rodaje en las islas e incluso realizando toda la localización y el rodaje en el archipiélago, algo totalmente factible por sus paisajes -desde desiertos y bosques a volcanes y playas- y gracias a los medios digitales “que hoy en día facilitan enormemente crear la imagen electrónica necesaria para la gran pantalla o, mejor dicho, para millones de pantallas digitales en los hogares de todo el mundo”.
El guion ha sido pulido hasta llegar a su octava versión y los cineastas están dispuestos a trabajar con la plataforma que se interese por el proyecto como productores ejecutivos y la coproducción y también posible dirección de Guillermo Ríos para que no se desvirtúe la idea original, puntualiza Teodoro Ríos, quien enfatiza en el valor cultural, turístico e incluso comercial que supondría volver a impulsar las relaciones entre Canarias y San Antonio de Texas.