Más de mil días. Tres veranos. Han pasado casi tres años desde que la playa de El Confital, en Las Palmas de Gran Canaria, colgara el cartel de cerrada al baño. Durante todo este tiempo ni el área de Salud Pública del Gobierno de Canarias ni el ayuntamiento capitalino han sido capaces de detectar el origen exacto del foco de contaminación para poder trabajar sobre él y que uno de los espacios privilegiados de la ciudad vuelva a abrirse al público. Lo califican de “difuso”. Los vecinos y vecinas de La Isleta, uno de los barrios más populares y reivindicativos de la capital grancanaria, donde se ubica la bahía de El Confital, ya están cansados de que las instituciones les den la espalda y no pongan punto final a este problema. “Al final la gente se sigue bañando igual, esperemos que no pase una desgracia”, cuenta una de las vecinas de la zona a este periódico mientras da un paseo por la playa.
Fue en abril de 2017. Era un día soleado de primavera cuando saltaba a los medios de comunicación la noticia: El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria decreta la prohibición del baño en El Confital tras detectar un episodio puntual de contaminación bacteriana en sus aguas. En el análisis realizado solo unos días antes se reflejaba que la bacteria enterococo superaba los límites establecidos. Desde ese momento ha habido días de parámetros normales y anormales, pero aún no existe una respuesta clara de cuándo se levantará la prohibición.
En varias ocasiones el Ayuntamiento ha comunicado que las aguas de este espacio están la mayor parte del tiempo sin índices de contaminación. Sin embargo, de manera periódica se siguen registrando picos elevados de presencia bacteriológica. El último caso se dio el pasado 21 de enero cuando los análisis del Gobierno de Canarias verificaron la presencia de 480 Unidades Formadoras de Colonias (UFC) de enterococos por cada cien mililitros. Solo seis días después -el 27 de enero- la presencia de esta bacteria disminuía hasta 19 UFC por cada 100 ml.
Juan Manuel Rodríguez, fundador del club deportivo Confite, una plataforma que vela por el cuidado del espacio natural, asegura que el principal problema es el alcantarillado de la zona. “Desde siempre ha habido problemas con los detritos en El Confital, yo hice la mili en el 74 y ya había problemas. Regularmente se recogían muestras de la playa para llevar a cabo los análisis”, recuerda.
El problema, según cuenta Rodríguez, es que desde que se instaló el sistema de alcantarillado en el barrio de La Isleta en 1920, principalmente en la calle Coronel Rocha dirigiéndose hacia la zona de los muelles, uno de los vértices del barrio, la situación no ha cambiado. En la actualidad existen viviendas que depuran sus aguas negras a través de pozos negros, un asunto que “tenía que haber solucionado el Ayuntamiento capitalino o Emalsa -la empresa de capitalidad pública y privada que gestiona el agua en la ciudad-”, considera.
No obstante, el problema no surge solo de La Isleta, a esto se le añade el sistema de alcantarillado de Las Coloradas, el barrio que se sitúa encima de la playa de El Confital, que se instaló en los años 60 y desde hace años viene arrastrando problemas, cuenta el fundador de Confite. A todo esto, los desagües del Ejército de Tierra datan de 1890, cuando se construyó la zona militar de La Isleta. “Esta zona está al lado de Las Canteras, una de las mejores playas urbanas del mundo, pero en un barrio que siempre ha sido olvidado. Las calles de La Isleta siguen teniendo muchísimos problemas”, insiste.
Algunas voces afirman que este problema va más allá y tiene que ver con el enfrentamiento político que existía en la pasada legislatura entre el Gobierno de Canarias de Coalición Canaria (CC) y el tripartito de Las Palmas de Gran Canaria, formado por el Partido Socialista, Nueva Canarias y Sí Podemos. “El Gobierno de CC no le autorizaba el baño por sus discrepancias políticas, pero el Consistorio podía hacerlo, no necesitan de una autorización firme. Lo que ocurre es que 2019 fue un año de elecciones y no se querían arriesgar”, aseguran. “Por uno o por otro, la casa está sin barrer”, manifiesta una vecina haciendo uso del refranero popular.
Juan Manuel Rodríguez -quien durante muchos años se dedicó a hacer rutas guiadas por la bahía del Confital al conocer toda la zona de primera mano- recuerda que en el año 2016 se creó una comisión de trabajo entre el Cabildo, el Ayuntamiento, el Gobierno de Canarias y el ejército, pero no se llegó a hacer nada. Además, desde la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) también se han hecho estudios sobre los detritos llegados a la playa.
El fundador de Confite cree que “no se puede seguir permitiendo” que uno de los mejores espacios de la ciudad se encuentre en estas circunstancias. “La Isleta podría tener el mejor parque temático del Archipiélago sin costes y no se aprovecha, está en El Confital y pertenece a la ciudad”, sentencia.
La postura oficial del Consistorio capitalino, a través de su concejalía de Ciudad del Mar, es que invertirá 370.000 euros en la mejora de la red de saneamiento de Las Coloradas durante 2020. Esta financiación se enmarca en las actuaciones previstas para identificar y subsanar la presencia bacteriológica en la playa de El Confital, han indicado desde área del concejal José Eduardo Ramírez en las últimas semanas.
“Hemos monitorizado toda la zona, hemos realizado catas en el subsuelo, hemos realizado mejoras en el saneamiento de Las Coloradas, los militares también han mejorado su red de saneamiento. Ahora vamos a reforzar las actuaciones en la zona alta de El Confital en Las Coloradas para acabar con cualquier posible problema que proceda de estos equipamientos”, declaraba Ramírez en una nota de prensa. Así mismo, manifiesta que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria trabaja en base a nueve hipótesis diferentes y que en ningún momento se ha “bajado la guardia” con el objetivo de acabar con el problema que soporta esta playa.
Este periódico envió unas preguntas al área de Salud Pública del Gobierno de Canarias en relación a este asunto y no ha recibido respuesta por parte del organismo público.