Un terremoto de magnitud 2,4 en la escala de Richter se registró durante la noche de este martes cerca de Tenerife y se sintió de forma leve en las localidades tinerfeñas de Granadilla de Abona y Güímar, según los datos del Instituto Geográfico Nacional.
El terremoto se registró en torno a las 22.32 horas a unos 40 kilómetros al sur de la capital, con epicentro en la falla que hay entre Gran Canaria y Tenerife ?longitud 28.11 N, latitud 16.28 W- y a una profundidad de 18 kilómetros. Su intensidad fue la de menor graduación para que se considere terremoto.
Asimismo, indica que según los datos disponibles hasta el momento, el terremoto fue sentido levemente, con intensidad II en la escala EMS, en las zonas altas de los municipios de Granadilla de Abona y Güímar, en la zona sur de la Isla. En definitiva, sólo lo percibieron personas que estuvieran en zonas altas y tranquilas.
“Carece totalmente de importancia”
Juan Carlos Carracedo, experto vulcanólogo, aseguró, en una entrevista en Radio Televisión Insular (RTI), que el terremoto registrado cerca de Tenerife, “carece totalmente de importancia”. A su juicio, “es hacer noticia de algo que es totalmente cotidiano”, ya que “desde hace unos quince años empezó a haber una sismisidad muy frecuente”.
Tanto es así, que asegura que “en ese mismo punto se dejó sentir en 1989 un temblor de 5,4 en la escala de Richter, y 5 es el umbral para que un terremoto aparezca en la bibliografía universal, y ese es el único terremoto que aparece”. En su opinión, “desde esa época se han dado centenares de terremotos incluso de mayor magnitud que este, es como si a alguien se le pincha una rueda y sale su caso en los periódicos, es una cuestión que tiene que tener otras motivaciones que yo desconozco”.
El experto explicó que esta importante sismisidad en el Archipiélago canario puede deberse a que “la isla de Tenerife (en referencia a las placas tectónicas en las que se asienta) al ser más joven, se está apoyando sobre la isla de Gran Canaria y hundiéndola, sin otra connotación que la puramente geológica, hundiéndola a un ritmo lentísimo pero suficiente para que se produzcan esfuerzos que se liberan bruscamente en forma de sismicidad”.