Gregoria Mendiola Rodríguez, la víctima del accidente aéreo de Barajas que está ingresada en el hospital Ramón y Cajal con pronóstico muy grave, ha experimentado una moderada mejoría neurológica, según el último parte difundido por el Servicio Madrileño de Salud.
Gregoria Mendiola Rodríguez, que sufre un traumatismo craneoencefálico severo y diversas heridas y contusiones, está sedada, intubada y hemodinámicamente estable en la UCI, y aunque su pronóstico sigue siendo muy grave ha experimentado una “moderada mejoría neurológica”.
Esta mujer, de la que el director general de Hospitales de Madrid, Antonio Burgueño, dijo que “parece irreversible que pueda despertar” de la situación de coma en la que se encuentra, es madre del niño de 8 años ingresado en el hospital Niño Jesús tras el accidente.
Este menor, que tiene una fractura abierta de la que ha sido intervenido, pasó este martes a planta desde la UCI y se encuentra en observación con evolución favorable.
De los quince pacientes ingresados en hospitales de Madrid -tras el traslado ayer de Kim Ivonne Tate Pérez a un hospital de Canarias- dos continúan muy graves, uno estable, tres estables dentro de la gravedad, uno grave con evolución favorable y ocho evolucionan favorablemente.
De los veinte supervivientes que fueron hospitalizados en un primer momento en hospitales de Madrid, dos han fallecido y dos han sido dados de alta.
El resto de heridos continúa sin cambios
El número de víctimas del accidente de Barajas ingresadas en hospitales es de dieciséis, después de que Beatriz Reyes, una mujer de 41 años y residente en Las Palmas de Gran Canarias, haya sido dada de alta esta mañana en el hospital Infanta Sofía.
Beatriz, que ayudó a salvar a dos niños, ha dicho este martes que volvió a nacer el 20 de agosto, día del siniestro, y que no sintió nada extraño antes del despegue hasta que “giró el ala”.
La mujer ha dado una rueda de prensa, de la que se ha levantado por su propio pie aunque con una ligera cojera, en la que ha dicho sentir una inmensa tristeza por lo ocurrido.
También sigue “muy grave”, en la UVI del mismo hospital, Pedro Hernán Gómez, de 57 años, que el fin de semana fue intervenido de múltiples fracturas en varios miembros y en la cara, y que desde entonces, tras sufrir un síndrome febril posquirúrgico, está sedado y con ventilación mecánica.
El resto de los heridos no ha experimentado cambios significativos desde el último parte médico facilitado a las 9.00 horas.
De los dieciséis ingresados, dos se consideran muy graves, otros dos graves, tres estables dentro de la gravedad, uno está grave con evolución favorable y ocho evolucionan favorablemente.