MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Hospital Henry Ford de Detroit, en Estados Unidos, han observado que las mujeres tienen más riesgo que los hombres de desarrollar un fallo renal tras someterse a una angiografía coronaria, una prueba diagnóstica por imagen que requiere un medio de contraste para mejorar la visualización de las estructuras internas del organismo.
En concreto, y según los resultados de un estudio presentado en el último encuentro de la National Kidney Foundation que se está celebrando en Las Vegas, han constatado que las mujeres tienen un 60 por ciento más de probabilidades de desarrollar una nefropatía inducida por contraste radiológico (RCIN), un efecto secundario adverso que provoca la disfunción renal entre las 24 y 72 horas después de someterse a una prueba con contraste.
En el estudio se realizó un seguimiento a 1.211 pacientes que se habían sometido a una angiografía coronaria desde enero de 2008 a diciembre de 2009, y casi el 20 por ciento de las mujeres desarrollaron esta nefropatía, en comparación con el 13,6 por ciento de los hombres.
Según los autores, este es el primer estudio en el que se analiza si el género juega un papel importante en los pacientes que desarrollan este tipo de nefropatías, ya que son la tercera causa de fallo renal adquirido en el hospital en Estados Unidos, después de la cirugía y la hipertensión.
Aunque los investigadores dicen que son necesarios más estudios para explicar el riesgo del género, con este hallazgo gana enteros la teoría de que ser mujer puede ser un factor de riesgo, explica Javier Neyra, residente de Medicina Interna en el Henry Ford e investigador principal del estudio.
“Todos los pacientes reciben la misma cantidad de contraste durante la angiografía coronaria, por lo que es posible que la cantidad sea excesiva para el cuerpo de una mujer”, explica este experto, que propone tener en cuenta otros factores como la estatura y el peso a la hora de establecer una dosis.
Según ha reconocido este experto, “el medio de contraste puede hacer que los vasos sanguíneos del riñón se estrechen, causando daños en el órgano”.