José Miguel Suárez Gil ya conoce lo que para él solicita su ex esposa, la abogada Josefina Navarrete, por los sucesos del pasado 4 de enero en Tafira Baja, cuando el empresario la encañonó con una pistola con una bala en la recámara tras una sucesión de desavenencias matrimoniales. La acusación solicita para el ex presidente de la Cámara de Comercio una pena de algo más de un año por un delito de amenazas y otros cinco por otro delito de detención ilegal.
Tras el escrito de acusación de la denunciante, falta ahora el pronunciamiento de la fiscal de Violencia contra la Mujer, así como el escrito de defensa de Suárez Gil, del que ya ha trascendido en los ambientes judiciales que podría dirigirse hacia una estrategia de considerar los hechos como constitutivos de un delito de realización arbitraria del propio derecho, castigado con una multa poco cuantiosa.
Los hechos por los que Navarrete solicita más de seis años de cárcel para su ex marido se produjeron el 4 de enero de 2011 en el chalet que ambos compartían en el barrio de Tafira Baja, en Las Palmas de Gran Canaria. Tras una serie de discusiones que comenzaron en Miami, a donde la pareja se había desplazado para pasar las fiestas navideñas, la abogada ya retirada decidió separarse de su esposo, para lo cual acudió al domicilio conyugal en compañía de una amiga con el fin de retirar sus pertenencias.
Allí le esperaba José Miguel Suárez Gil con una pistola cargada y con una bala en la recámara. Auxiliado por un sobrino, que en ningún momento avisó a la Policía de lo que ocurría, el empresario retuvo a Navarrete y a su amiga durante más de una hora llegándole a preguntar a su ex esposa dónde quería el primer tiro, si en el pecho o en la cabeza.
La destreza para el diálogo y la negociación de la víctima evitaron una tragedia. En un momento de baja tensión, la amiga de la abogada logró salir de la sala donde se produjeron los hechos y, tras abandonar la casa, telefoneó a la Policía. Una patrulla de la Policía Nacional que se encontraba en las inmediaciones entró en la casa y logró reducir y detener al agresor, que pasó a disposición judicial y a continuación a la prisión provincial de Salto del Negro, donde estuvo preso doce días.
Actualmente se encuentra en libertad con orden de alejamiento de su víctima por espacio de 500 metros y con pulsera localizadora.
De aceptar la fiscal de Violencia de Género la calificación de los delitos hecha por el abogado de Josefina Navarrete, José María Palomino, el juicio se celebraría en la Audiencia Provincial de Las Palmas.