Navidades 2020 y 2021: qué ha cambiado en Canarias en la lucha contra el coronavirus

María Rodríguez Santana

Las Palmas de Gran Canaria —
20 de diciembre de 2021 17:17 h

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Más de 7.500 contagios en tal solo una semana. Canarias ha anotado en los últimos días las cifras más altas de contagios diarios desde que comenzó la pandemia. Durante seis días consecutivos las Islas han sobrepasado -con creces- los mil nuevos casos diarios de COVID-19. Esta subida de la incidencia ha vuelto a despertar la intranquilidad a pocos días de las comidas de Navidad, tal y como pasó en las mismas fechas en 2020. En este sentido, la población, hastiada de restricciones, alarmas sociales y niveles, solo se hace una pregunta: ¿por qué se habla igual de la pandemia que hace un año, cuando más de un 85% de los canarios (población diana) están ahora vacunados?, ¿no ha servido para nada?

Lo cierto es que la dosis contra la enfermedad generada por el SARS-CoV-19 ha hecho que actualmente todo sea diferente, aunque no se note. La vacuna hace que la COVID-19 sea menos letal para el ser humano. “Si esta usted vacunado, no se va a morir” o, al menos, “va a tener muchas dificultades para hacerlo”. El jefe de Epidemiología del Servicio Canario de Salud (SCS) y presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, insiste, un año después de que comenzara el proceso de vacunación, en que “el logro” de estas inyecciones “no es que eviten la infección, sino que evitan que la enfermedad sea grave. Esa es la clave”.

Si seguimos con la comparación, la semana con más casos durante la ola navideña de 2020 fue la del 9 al 16 de enero, cuando el Archipiélago sumó algo más de 2.000 contagios y 131 ingresos por la enfermedad, es decir, había un paciente por cada 15 casos. La pasada semana, la que más infecciones ha registrado de toda la pandemia hasta el momento, se anotó en Canarias la friolera de 7.700 nuevos contagios. Sin embargo, sus ingresos llegaron hasta los 116, por lo que hubo un paciente hospitalario por cada 66 contagios.

*Gráfico: Toni Ferrera

“Actualmente, cuando la incidencia acumulada es brutal en las Islas, el número de ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y de fallecimientos es más leve que en otras olas”, puntualiza García Rojas. Como han repetido los expertos durante el último año, una persona vacunada no está exenta de infectarse y de transmitir el virus a otros, aunque, probablemente, lo hará “con una carga viral mucho más baja que si no estuviera vacunado”. El epidemiólogo canario resalta lo que considera que es la clave de este avance científico: “Previsiblemente, si estoy vacunado y me infecto, voy a tener muchas dificultades para acabar en la UCI o morir por la COVID-19”. Más de cinco millones de personas en el mundo han muerto por esta enfermedad, 1.091 son canarias.

Si bien este aumento de la incidencia está teniendo daños colaterales en los centros sanitarios, sobre todo, los de atención primaria, que se están viendo “colapsados” por personas con COVID-19 en los últimos días, apunta García.

¿Y las comidas navideñas?

Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura entraron el pasado sábado en nivel 3 de alerta sanitaria por el avance del virus, esto implica que el número máximo de personas en grupo en espacios públicos y privados se reduce a seis, salvo que se trate de convivientes. No obstante, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ya anunció que el Gobierno regional iba a aumentar hasta diez personas el máximo de comensales en las principales celebraciones de Navidad. Eso sí, para adherirse a esta medida pasajera, todo el grupo tiene que estar vacunado. “Quién va a controlar eso?, se pregunta Amós García.

Lo importante, continúa el experto, es el recurso preventivo durante las celebraciones. “Si vamos a cenar con personas que no son convivientes, hay que reforzar las medidas de prevención: que la comida se produzca en un espacio con buena ventilación (preferiblemente en exterior), que haya distancia, mascarillas e higiene”. Otra de las claves que señala García Rojas, y aunque ninguna autoridad lo pueda controlar, es se evite las aglomeraciones durante los banquetes, que son, de por sí, “un escenario poco favorable para evitar los contagios”.

Variante ómicron

No podemos hablar bien ni tampoco podemos hablar mal, aunque hasta ahora solo se está hablando mal de ómicron. No hay una evidencia científica todavía sólida”, subraya el jefe de Epidemiología del SCS.

Según un estudio preliminar,  esta variante infecta y se multiplica 70 veces más rápido que la variante Delta y el SARS-CoV-2 original en el bronquio humano, lo que la hace tener una mayor contagiosidad. Sin embargo, la investigación también llega a la conclusión de que la infección de ómicron en el pulmón es significativamente menor que la del SARS-CoV-2 original, “lo que puede ser un indicador de una menor gravedad de la enfermedad”.

García asegura que es muy probable, ante las elevadas tasas de transmisión de esta variante, que ómicron sea la predominante en algún momento. Mientras, incide, la vacuna, complementada con el resto de medidas, “está haciendo su trabajo” en lo que describe como “la crisis sanitaria más importante que ha habido en el mundo desde hace muchísimos años”.