Nervios, repasos de última hora y amuletos en el primer día de la EBAU en Canarias

Laura Bautista / Efe

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Nervios, repasos de última hora con los apuntes bajo el brazo, algún que otro amuleto y mucha confianza marcan el primer día de las pruebas EBAU en los distintos campus universitarios de Canarias este miércoles.

Un total de 11.028 estudiantes de todo el archipiélago afrontan esta semana los exámenes de acceso a la universidad en las distintas sedes habilitadas para la EBAU en todas las islas por las universidades de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y La Laguna (ULL).

La mayor parte de los estudiantes concurre a las pruebas tras haber cursado el Bachillerato, así como los ciclos formativos de grado superior de Formación Profesional, de Enseñanzas Profesionales de Artes Plásticas y Diseño y de Enseñanzas Deportivas, este curso o los anteriores.

A ellos se suman también aspirantes mayores de 25 años, mayores de 45 años y mayores de 40 años con experiencia laboral.

En la provincia de Santa Cruz de Tenerife se examinan 5.316 alumnos, de los que 4.606 se han inscrito en la fase general de la ULL y 710 en la fase específica, reservada para quienes proceden de los ciclos formativos o quieran subir la calificación obtenida en convocatorias anteriores.

En el caso de la provincia de Las Palmas, 5.712 estudiantes se han matriculado en la ULPGC, con 4.956 aspirantes en la fase general y 756 en la específica.

Por ramas, 5.170 estudiantes se examinan en Ciencia y Tecnología, 3.737 en Humanidades y Ciencias Sociales y 589 en Artes, a los que se suman 776 de la nueva modalidad de Bachillerato General y 756 de Formación Profesional.

En lo que respecta a las islas, 4.806 se examinan en Tenerife, 4.490 en Gran Canaria, 676 en Lanzarote, 546 en Fuerteventura, 412 en La Palma, 68 en La Gomera y 30 en El Hierro.

El consejero de Educación se ha desplazado a la Escuela de Arquitectura de la ULPGC en el campus de Tafira para desear suerte a los alumnos que comenzaban el primer examen de la jornada.

Un ir y venir de estudiantes en los campus de la ULPGC

Uno de los alumnos que se enfrenta este miércoles a su primer día de exámenes de acceso a la universidad es Mario Alberto Roldán, del instituto de Secundaria La Minilla, que vive la prueba con la ilusión de “culminar con un tiempo, un periodo de seis años que hoy se resume en un papel”.

Para Roldán, es un día de “echarle ganas, mucho esfuerzo y desear que salga lo mejor posible”, aunque tiene confianza, asegura, porque se he preparado “mucho este examen y todos los demás y toca echarle muchas ganas al final”.

“Han sido meses, no solo estas tres semanas de tiempo de preparación para la EBAU sino también los anteriores, en los que hemos estado aprendiendo a hacer prácticamente todo lo que hoy plasmaremos, con un poquito de fuerza”, explica.

Él tiene previsto hacer un doble grado de Derecho y se declara “decidido” a quedarse en la ULPGC, porque “estudiar aquí es una grandísima opción y es una carrera que me va abrir muchísimas puertas”.

Los exámenes, asegura, “los llevo bien, alguno más que otro, porque sobre todo Matemáticas es mi talón de Aquiles”.

Para este estudiante, es importante “el autocontrol de saber estudiar, pero también de saber llevarlo a cabo en la prueba”.

La misma idea la comparten otras dos estudiantes, que prefieren no revelar su nombre, pero dicen estar “tranquilas” porque hoy y en los últimos días ha sido más “repasar que estudiar” y todo es contenido que han “dado en clase”.

En la fila de entrada al primer examen del día, Lengua Española y Literatura, se han confesado “un poco nerviosas” porque “depende del texto que pongan”, por lo que además de la confianza en lo estudiado han confesado que se han traído “algunos amuletos” para que les ayude “con esas cositas que no llevamos tan bien preparadas”, han dicho entre risas.

El profesor de Filosofía del Salesianos, David Gámez, ha celebrado en buen comportamiento de los alumnos que “están con los nervios propios de un primer día, de cualquier cosa nueva, pero también lo suficientemente tranquilos para poder acometer la prueba con seguridad porque están preparados”.

En los últimos momentos antes de entrar en el aula “se sienten inquietos y es lo normal” porque “es un día muy importante, en el que se juegan el fruto del trabajo de los dos años de Bachillerato”, y, además, “muchos de ellos están interpelados por la nota que necesitan para entrar en las carreras que han elegido”.

A pesar de los nervios, “todos los chicos han entrado de manera ordenada y parece que lo han hecho 20 veces”, bromea.