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Niega una violación y otro intento de agresión sexual

Efe

Un acusado de intentar agredir sexualmente a una joven de 22 años en los baños del hospital Insular de Gran Canaria en agosto de 2012 y de violar dos meses después a otra de 20, tras meterse en su coche en el puerto, ha negado este lunes ambos hechos ante la Audiencia de Las Palmas.

El acusado, Julio T.P., se enfrenta a 13 años de prisión por ambos delitos, y en sus respuestas a su abogado, tras negarse a ser interrogado por el fiscal y la acusación particular, ha indicado que a la joven del hospital “no le puso nunca un dedo encima” y, respecto a la otra, ha dicho que fue una relación sexual consentida.

Sin embargo, la joven a la que presuntamente violó sobre las 05.30 horas en las inmediaciones del centro comercial El Muelle, ha explicado que el acusado se acercó a su vehículo y que, aunque trató de rehuirle, se introdujo en el coche, se abalanzó sobre ella y empezó a besarla, y que, pese a que le pidió que la dejase y no le hiciera daño, el procesado le introdujo sus dedos en la vagina mientras se masturbaba. Así mismo, la joven ha indicado que sintió que el acusado le clavaba un objeto punzante a la altura de la cadera.

El hecho de que no recordara haber sido penetrada vaginalmente por el acusado se puede deber al estrés postraumático sufrido por la joven, según ha explicado una perito al tribunal, ya que los médicos forenses han señalado que había restos de semen del procesado tanto en el interior como en el exterior de su vagina.

“Cara de pánico”

Dos vigilantes de seguridad de un local de copas, que han declarado como testigos, han indicado que les sorprendió que un hombre ya entrado en años estuviera practicando el acto sexual en un vehículo a esas horas en un lugar visible.

También han explicado cómo socorrieron a la joven, atraparon al acusado y lo retuvieron hasta que fue detenido por agentes de paisano de la Policía Canaria. Así mismo, uno de ellos ha señalado que fue agredido por el acusado cuando le intentaba atrapar y el otro ha manifestado que le llamó la atención la “cara de pánico” de la joven, que, según el informe toxicológico que se le practicó, había ingerido alcohol.

La otra joven a la que presuntamente intentó agredir sexualmente en el Hospital Insular, ha explicado que esa noche estaba cuidando a su padre, ingresado en el centro, y que en un descanso, mientras fumaba en el exterior del edificio, el acusado le pidió un cigarro y entabló conversación con ella. Ha dicho que después entraron juntos al centro, pero algo le hizo desconfiar de él, por lo que se refugió en un cuarto de baño.

Según la joven, esperó un poco dentro del baño y al intentar salir se encontró al acusado, que la agarró por la cintura y la empujó hacia dentro, por lo que comenzó a gritar y fue auxiliada por dos celadoras, que han afirmado ante el tribunal que la “chica estaba muy nerviosa” y “aterrorizada”.

Médicos hacen de “juez y fiscal”

El abogado de la defensa, Luis Bravo de Laguna, mantiene que el acusado es inocente, y que, en todo caso, reconoce una falta de vejaciones en relación a los hechos ocurridos en el hospital.

El letrado solicitó la nulidad de la causa, por entender que son hechos distintos que debieron juzgarse de manera independiente, y porque consideró que el informe forense practicado por el delito de agresión sexual es “parcial” y en las conclusiones los médicos hacen de “juez y fiscal”.

No obstante, el tribunal rechazó ambas peticiones de la defensa al inicio del juicio, en el que a su término, tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular de la joven presuntamente violada consideraron probados los hechos. Además de las penas de cárcel, el fiscal pidió que el acusado indemnice a la joven a la que agredió sexualmente con 9.000 euros, cantidad que la acusación particular elevó a 28.000.