Malos olores del vertedero y ruidos de los camiones que van a este a depositar los residuos mortifican día y noche a los vecinos de Salto del Negro, quienes denuncian que las autoridades ignoran por completo sus reclamaciones. Desde esta zona del Distrito Vegueta-Cono Sur de la capital grancanaria están hartos del hedor constante con el que tienen que vivir y recuerdan que hace cuatro años, en época de campaña electoral, el actual alcalde Juan José Cardona les prometió que durante esta legislatura iba a buscar una solución a esto, la cual siguen esperando ya que “no ha aparecido por aquí”.
Un olvido latente desde el momento en el que uno accede por la carretera que une Hoya la Plata con la arteria principal del vecindario, la calle Marianao, llena de baches por la que transitan camiones en dirección al vertedero las 24 horas del día. El mal estado de esta carretera es la carta de bienvenida, pero no es el único problema con esta vía ya que desde hace una década claman por una acera que permita ir caminando hasta el intercambiador de guaguas sin que se arriesguen los viandantes al compartir la carretera con los vehículos, ya que no cuentan tampoco con arcén (y mucho menos luz).
Otra de las denuncias ya comentada es el tránsito continúo de los camiones. Hasta el Complejo Ambiental del Salto del Negro llegan los residuos de Las Palmas de Gran Canaria, Agaete, Gáldar, Santa María de Guía, Arucas, Santa Brígida, Teror, San Mateo, Moya, Valleseco, Artenara y Tejeda. Esto ocasiona que los camiones de los servicios de limpieza de estos municipios entren tanto por el norte del barrio como por el sur, lo que genera molestias a zonas residenciales colindantes como la de La Montañeta. Y es que, aparte del estruendo ocasionado, los camiones desprenden el mal olor de sus residuos y pierden líquidos provenientes de esta basura al asfalto. Además, indican que en la capital no existe una ordenanza sobre el transporte de residuos sólidos. Los vecinos no entienden que, tras varias reclamaciones sobre la circulación de camiones, todavía no hayan creado un acceso directo desde la circunvalación a la que da el mismo vertedero y que permitiría cortar de raíz con la mayor parte de las molestias. A estos ruidos se le unen en los últimos meses los de los motores auxiliares de los barcos fondeados cerca del barrio de San Cristóbal, los cuales de noche llegan hasta esta parte de la capital.
Todos estos problemas son consecuencia de un vertedero que están ampliando con la creación de un vaso nuevo. Los vecinos alertan de que en el barrio por culpa de esto hay cucarachas, mosquitos y moscas, aparte de ratas “de tamaño descomunal” y que hace que los que habitan esta zona y otras colindantes tengan que estar muchos días con las ventanas cerradas, sobre todo cuando sopla el viento en dirección sur-norte. Incluso hay veces que estos malos olores inundan por completo todo el distrito, llegando hasta la zona del Teatro Galdós. Ahora, con el nuevo vaso son muchos los que están vendiendo sus viviendas recién estrenadas en La Montañeta porque sospechan que en cuanto se comience a utilizar los olores llegarán con mayor intensidad a estos complejos residenciales, mientras que los negocios de restauración de las calles aledañas exponen que nadie para a comer en ellos por culpa del mal olor.
A finales del año pasado varios vecinos entregaron al Juzgado de Instrucción número tres un informe de la Dirección General de Salud Pública que ratificaba las posibles asociaciones entre las emisiones de diferentes sustancias del vertedero de Salto del Negro con la salud. Con ello solicitaron el cierre cautelar del vertedero, cosa que no consiguieron. Recuerdan que cuando hace viento y vuela la basura en los vasos y cuando la remueven, hay escapes de metano que impregnan el ambiente y que los lodos que llevan a la planta de biometanización dejan escapes de este gas en el aire, lo que sospechan que afectan a enfermedades respiratorias de los habitantes de esta parte de Las Palmas de Gran Canaria. También reclaman que se controle qué residuos están llegando hasta la planta porque no saben qué están echando y señalan que a veces han visto algunos animales muertos en los volquetes.
A esto le añaden una amenaza que todavía no se ha retirado como es la incineradora, la cual todavía sigue proyectada a pesar de la oposición mostrada. Con ella se pretende incinerar hasta 368.550 toneladas de residuos al año, lo que supondría el 52,65% de los residuos urbanos asimilables que se producen anualmente en la Isla. Los más afectados de esta incineración serían la población vecina ya que con la quema de residuos se utilizan como combustible los residuos orgánicos y el resto de materiales reutilizables y reciclables con alto poder calorífico y se genera contaminación por los gases y partículas y por las cien toneladas que se generarán al día de residuos de la incineración, cenizas y escorias.
Lo que más les ha molestado, sobre todo del actual alcalde y su equipo, es que no consulten los problemas con los colectivos vecinales. Así, subrayan que Cardona “se ha cargado la participación ciudadana” ya que en las juntas de distrito los ciudadanos solo pueden participar si han pedido la palabra una semana antes de que se celebre, mientras que en los plenos del Ayuntamiento la participación “se reduce a cinco minutos”.
Servicios escasos
Salto del Negro no tiene centro de salud, ni colegio público ni farmacia, por lo que para todas estas necesidades han de trasladarse a otras barrios del distrito. Con la reorganización de las líneas de Guaguas la única que une el intercambiador de Hoya de La Plata hasta San Francisco de Paula es la línea 6,siendo la primera de la mañana a las 06.50 horas y la última que sale del intercambiador a las 21.20 horas, dejando incomunicado a esta parte de la capital. Así, apuntan que antaño podían llegar hasta el Mercado de Vegueta en una sola guagua y que ahora para llegar al Puerto tardan más de una hora.
A ello hay que añadirle que hasta Salto del Negro la tarifa del taxi es urbana, pero a partir del centro penitenciario no. Unos taxis que hay a partes del barrio que se niegan a entrar porque todavía no cuentan con asfaltado (ni alcantarillado en la zona más alta). Esto para los que habitan esta parte demuestra “la dejación total de las autoridades”. Por último, desde la Asociación de Vecinos Camino de los Leñadores de Salto del Negro declaran que llevan ya dos años que no hacen las fiestas del barrio porque no tienen ayudas del Consistorio.