Una fuerte tromba de agua ha impedido celebrar al completo el acto de despedida en Las Palmas de Gran Canaria al contingente de la Brigada Líbano XXVII que parte en mayo a ese país para asumir durante el segundo semestre del año el mando de la misión de paz de Naciones Unidas en el sur.
El teniente general Jefe del Mando de Canaria, Pedro Galán, ha pasado revista a la tropa y, tras el acto de homenaje a los caídos por la patria, ha dado por concluida la celebración en la base general Alemán Ramírez de La Isleta debido a la fuerte lluvia.
El presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, la delegada del Gobierno en Canarias, Mercedes Roldós, así como distintas autoridades de la isla, han asistido a esta despedida, que ha congregado a cerca de 1.100 familiares de los 600 efectivos que se trasladarán al Líbano a mediados de mayo de manera escalonada.
La mayoría de las personas congregadas no ha podido seguir hasta el final el acto, que se tuvo que abreviar y suspender las palabras de despedida que tenía previsto ofrecer el teniente general Pedro Galán García.
El contingente de la Brigada Líbano XXVII está formado en su mayoría por efectivos de la Brigada Canarias XVI, que participa por primera vez en esta misión de paz en el Líbano, aunque la mayoría de sus componentes han estado en otras misiones internacionales, la última de ellas en Afganistán, han indicado fuentes del Mando de Canarias.
Los efectivos de la Canarias XVI han afrontado en los últimos meses la última fase de preparación para su primer despliegue en el Líbano dentro de la operación “Libre Hildago”, donde darán el relevo a la Brigada Guzmán El Bueno X, de Córdoba, y permanecerán hasta el próximo mes de noviembre.
El contingente se encargará de vigilar la línea conocida como Blue Line que separa a Líbano e Israel y estará bajo el mando del general Venancio Aguado y en ella se integrará personal de China, Brasil, Serbia, Indonesia, México, Fiji, India, Nepal y El Salvador.
Se trata de la misión más numerosa de las que España mantiene en el exterior.
El contingente realizará patrullas a pie y en vehículo y establecerá puntos de control y monitorización permanente de la Blue Line desde tres puestos de observación.
Actuará bien de forma unilateral o en colaboración con las fuerzas armadas libanesas, a las que ayudará para que puedan adquirir las capacidades necesarias para hacerse cargo por sí mismas de los cometidos recogidos en la resolución 1701.
Los soldados españoles prestarán también ayuda humanitaria, colaborarán en la reconstrucción de infraestructuras y facilitar apoyo sanitario y educativo a la población civil.
Desde septiembre de 2006 que se inició la misión de paz, 24.370 militares españoles, agrupados en 26 contingentes, han contribuido a que los enfrentamientos en la Blue Line, la línea virtual que separa ese país de Israel, no desencadenen graves conflictos.
Actualmente la situación general de Líbano se valora como de “calma tensa” y continúa marcada por las tensiones político-religiosas y por la influencia de la crisis de Siria.
Tras diez años de despliegue continuo de fuerzas de paz de la ONU, en la zona se observa un progreso “notable” por el entorno de seguridad creado.