En julio de 2021, el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, José Eduardo Ramírez, anunció la llegada de un sistema público de patinetes eléctricos a la ciudad. Lo denominó Sítyneta y la Sociedad Municipal de Aparcamientos (Sagulpa) fue la entidad designada para gestionar el servicio a través de un contrato de suministros, es decir, mediante concurso público y abierto, las empresas concurrentes ofrecerían los vehículos y las estaciones por 620.000 euros para que pasaran a gestión pública. Sin embargo, tanto la licitación de diciembre de 2021 como la de marzo de 2022 quedaron desiertas y la tercera se encuentra en fase de estudio de ofertas para ser adjudicada en octubre.
En concreto, a la licitación del 13 de enero de 2021 de este año no se presentó ninguna empresa y la del 23 de marzo, que fue recurrida sin éxito por una de las dos ofertantes ante el Tribunal Administrativo de Contratación de la Comunidad Autónoma Canaria, se declaró desierta porque el órgano de contratación estimó que las propuestas presentadas eran inadmisibles en función de los pliegos.
Un año después del anuncio del concejal de Movilidad, Sagulpa sacó a licitación un tercer contrato de suministro, declarado esta vez de urgencia por tratarse de “una necesidad inaplazable”. Esto se debe, sobre todo, a que parte del presupuesto de contratación es fruto de una subvención de 260.000 euros otorgada por el Gobierno de Canarias, enmarcada en su Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible. “Ante las dificultades en la adjudicación de este proyecto”, subraya el texto del órgano de contratación que declara como urgente el procedimiento, Sagulpa solicitó una prórroga para poder ejecutar la subvención, que le fue concedida.
Con el mismo presupuesto y algunos cambios en los pliegos, la licitación se publicó el 29 de julio y el plazo de presentación de ofertas finalizó el 11 de agosto. Sagulpa pública ha explicado que se estudiarán las propuestas de las empresas que se han presentado hasta el 19 de octubre, cuando se prevé la adjudicación.
A partir de esa fecha, la entidad ganadora tendrá 18 semanas para suministrar a Sagulpa 320 patinetes, 40 estaciones con suministro eléctrico y 400 anclajes. Es decir, de cumplirse el plazo máximo, el servicio estaría en funcionamiento en febrero de 2023. El contrato finalizará con la firma del acta de recepción de los bienes suministrados.
Sagulpa gestionará el servicio durante dos años y, a partir de ahí, el Ayuntamiento decidirá si continúa con el modelo público directo o pasa a uno mixto o privado, ya que esta primera introducción de patinetes eléctricos es un proyecto piloto enmarcado en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible que aspira a complementar el servicio de la Sitycleta como medios de transportes alternativos y sostenibles en el entorno urbano y a unir la zona alta y la zona baja de la capital salvando el desnivel natural de la ciudad.
El modelo de implatación de Sítyneta durante el proyecto piloto será similar al de la Sitycleta: los usuarios podrán alquilar los patinetes anclados en las estaciones distribuidas por la ciudad, introduciendo un código en la aplicación correspondiente. El uso es de 20 minutos como máximo durante cinco veces al día para incentivar el desplazamiento urbano en trayectos cortos (de menos de 6 kilómetros) y limitar el uso para ocio, según explicó el Ayuntamiento en un comunicado.
Los patinetes podrán soportar hasta 100 kilos, pesarán 38 kilos y alcanzarán, como máximo, 25 kilómetros por hora. Incorporarán un sistema de GPS que permitirá conocer su ubicación en tiempo real por toda la ciudad. Tendrán una autonomía de 14 horas con puntos de recargar en las estaciones y, para reponer la energía, se habilitará un mecanismo de intercambio de baterías en el propio vehículo.
Además, al igual que en el sistema de bicicletas públicas, se establecerán distintos tipos de abonos: anual (desde 60 euros si es individual a los 153 euros si es familiar con tres personas o más) y el anual compartido con la Sitycleta (80 euros).
“Creemos que este proyecto piloto contribuirá a acelerar la transformación del entorno urbano de Las Palmas de Gran Canaria, favoreciendo el cambio hacia modos de transporte más respetuosos con el medioambiente, que se suman a los pequeños gestos con capacidad para mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad del aire de las ciudades”, explicaba Ramírez en un comunicado el pasado 27 de julio, poco antes de salir a licitación el tercer concurso.