Al nuevo gobierno municipal de Las Palmas de Gran Canaria se le acumulan problemas relacionados con la limpieza de sus calles. En los últimos meses, ha vencido el contrato de desratización y fumigación de la ciudad y, además, continúa sin gestor autorizado para la recogida del amianto depositado en diferentes barrios. La suciedad es una de las críticas más recurrentes de los últimos años por parte de la vecindad, que incluso se ha encontrado con ratas en el interior de algunas viviendas. Los sindicatos aluden a la falta de plantilla y a la mala gestión de los últimos años.
El contrato de fumigación de la capital grancanaria es otro de los contratiempos a los que se enfrenta la nueva alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias (PSOE). El convenio se encuentra vencido desde mayo de este año, según ha confirmado el propio consistorio a Canarias Ahora, que indica que “la adjudicación del contrato sigue su curso” y que, mientras tanto, el servicio “se está prestando con recursos propios de la concejalía”.
Desde su vencimiento en mayo, no se ha adjudicado el servicio a ninguna empresa con el tiempo suficiente para que otra retome la actividad. Mientras, el pasado mes de agosto la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en el Servicio Municipal de Limpieza-Recogida de Residuos Sólidos Urbanos defendía que los problemas de suciedad en el municipio se deben a “una continuada deficiente gestión pública de los recursos por parte del Servicio Municipal de Limpieza, así como la falta de personal”.
El sindicato indicaba que los problemas relacionados con la limpieza vienen desde el primer mandato del exalcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, en 2015 y que el consistorio opta por la externalización del servicio “para que se mantenga en el tiempo sin concurso ni contrato”.
Según el ayuntamiento, “se espera que en unos días esté adjudicado el contrato de Salud Pública”. Asimismo, desde el consistorio aseguran que “se están atendiendo todas las demandas y llamadas que se reciben” y que el pasado lunes se comenzaron las labores de control de plagas con un plan especial en las zonas de Ruiz de Alda y Mesa López con personal propio del área.
Cinco meses esperando para quitar la uralita
Además de la ausencia de empresa fumigadora, el ayuntamiento tampoco ha retirado de la vía pública las planchas de amianto localizadas en Ciudad Alta tras más de cinco meses en la calle. En abril de este año, el consistorio aseguró a este periódico que “en unos días firmarían el contrato con un gestor autorizado”.
La uralita, tirada por un particular ilegalmente hace más de cinco meses, no ha sido retirada ya que la ciudad carece de una empresa especializada en gestión de estos residuos peligrosos. Por su parte, esta semana el consistorio afirmó a Canarias Ahora que “la concejalía está haciendo todas las gestiones pertinentes para mejorar el servicio a este respecto en el menor espacio de tiempo posible”.
El material fue depositado en la vía pública por personas que no han sido identificadas en el Paseo de San Antonio y en la calle Capitán López Orduña. Los dos puntos se encuentran cerca, por lo que es posible que se trate de la misma persona o las mismas personas autoras del vertido.
Los restos contienen Uralita, un producto con alta concentración de amianto. Su manipulación debe ser llevada a cabo por un profesional debido a la emisión de partículas altamente peligrosas. Por esta razón, es necesario la contratación de un gestor especializado para su retirada y posterior tratamiento.
La fibra de amianto está considerada un material tóxico tanto para la salud como para el medioambiente. En 1978, el Parlamento Europeo declaró el también conocido como asbesto como sustancia cancerígena y su producción y comercialización están prohibidos en España desde 2002. Este material se empleaba especialmente para la construcción, aunque en España también se utilizaba amianto blanco en la fabricación onduladas de fibrocemento, aislantes, además de en canales, depósitos y conducciones de agua.
El amianto es responsable de enfermedades, como asbestosis, cáncer de pulmón y mesotelioma. A día de hoy, muchas personas que han estado en contacto directo con el amianto sufren los efectos de este material. Se estima que los síntomas en la salud pueden tardar entre 20 y 40 años en aparecer, dependiendo de la enfermedad que se desarrolle.