El combustible vertido por el pesquero 'Oleg Naydenov' ya ha comenzado a tener consecuencias para la fauna de la zona. Este lunes ha llegado a las costas una pardela completamente impregnada de petróleo y cuyo estado es “preocupante” según resalta el responsable del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig.
El animal fue encontrado por un pescador a 2,8 kilómetros del puerto de Arguineguín, alrededor de las 9.30 horas de la mañana, según fuentes de la Cofradía de Pescadores de esta localidad del sur de Gran Canaria.
Pascual Calabuig ha declarado a este medio que en el centro intentarán “hacer todo lo que puedan por salvarla” pero puntualiza que el ave ha llegado “muy mal” y se teme por su vida.
El experto manifiesta que el animal tiene el plumaje “muy afectado”, impregnado con una gran cantidad de fuel, lo que hace prácticamente imposible que pueda volver a volar. De hecho, teme que si no consiguen liberarla del combustible tendrán que sacrificarla.
El responsable indica que el fuel (IFO 380) es muy viscoso, se adhiere al plumaje y afecta a la impermeabilidad de las aves. Para retirarlo, es necesario emplear “agresivos detergentes y agua caliente”, un proceso que no resulta tan fácil como el que se ha utilizado con las tortugas manchadas de fuel.
Calabuig detallada que el tratamiento que dan a esta pardela consiste primero en procurar que recupere calor, porque llegó con hipotermia. Para ello, se le ha suministrado un suelo caliente y después le darán comida y mañana la intentará lavar. Los lavados serán sucesivos, así como su exposición al sol, ha indicado el responsable del Centro, quien ha dicho que se trata de un proceso laborioso y que no siempre sale bien.
La pardela es un animal “muy oceánico”, que vive y muere en el mar y solo regresa a tierra para su reproducción. En el caso del ejemplar encontrado en Arguineguín, si no hubiese sido rescatada ya se hubiera muerto por el frío, se ha lamentado.
Con la recogida de esta pardela se cumplen los temores de biólogos y ecologistas sobre el efecto que el vertido de fuel puede estar teniendo sobre las aves en alta mar. De hecho, Pascual Calabiug insiste en que lo más probable es que haya muchas más pero que al “no poder volar por la cantidad de petróleo impregnado en las alas” caen y mueren en el camino. Afirma que esta pardela ha tenido que recorrer entre 30 y 40 kilómetros para llegar a la costa y “Cuántas no llegan”, explica el veterinario.
Cabe recordar, que además de esta ave se han encontrado dos tortugas bobas que se han recuperado. De hecho, el Ministerio de Medio Ambiente activó el domingo un protocolo para buscar en la zona posibles animales afectados.