“Hay pasillos donde hay camillas a los dos lados. Ayer [por el miércoles] mi visión eran mis camas de observación a la izquierda y camillas a la derecha. Aquello parecía un yincana...el domingo pasado habían pasillos con dobles camillas a los lados”, es el relato de un trabajador del Servicio Urgencias del Hospital Doctor Negrín, que al igual que varios hospitales del país, está colapsado.
Desde la Dirección de Gerencia cifran la media diaria de pacientes de Urgencias en 240, pero la última semana no se ha bajado de los 300, siendo el lunes con mayor afluencia al atenderse a 343 pacientes, 400 según el enfermero con el que ha hablado Canarias Ahora.
El Hospital señala que este incremento se debe fundamentalmente a las condiciones climatológicas, así como al hecho de que en estos días se está en la fase ascendente de la incidencia de la gripe, aunque todavía no se ha llegado al pico. Las principales patologías atendidas son las respiratorias, así como pacientes con patología crónica y pacientes pluripatológicos. Ante esto, desde la Dirección del Negrín han decidido abrir todos los recursos disponibles y reforzar a la plantilla del servicio de Urgencias ya que, además, el personal estable se ha visto afectada por bajas por gripe.
Sin embargo, tanto el trabajador que cuenta su testimonio como el sindicato de Comisiones Obreras lamentan que todos los años suceda lo mismo por estas fechas y no haya forma de hacer frente a esta crisis. Así, echan en falta que entre en funcionamiento el Plan de Urgencias Sanitarias.
“Pasa todos los años por las mismas fechas, unas veces antes y otras después. Siempre se parchea, nunca se prevé”, advierte el enfermero, quien agrega que en el citado borrador del Plan de Urgencias se establece un apartado en el que los hospitales tienen que tener un plan de contingencia en el que se definan a partir de qué parámetros se decide que Urgencias está colapsada. “Una vez que se defina y Urgencias cumpla esos parámetros el hospital tiene que poner en marcha unos mecanismos que en la actualidad no se hacen”, asiente.
Así, narra que por ejemplo esta semana ha habidos días en los que los trabajadores han tenido que hacer frente hasta a terceros pasillos, un término que se emplea cuando los servicios de Urgencias tienen todas sus camillas llenas y los pacientes están en espera. El primer pasillo significa que son necesarios un enfermero y un auxiliar de enfermería para atender a 12 personas en espera, por lo que con un tercer pasillo hay hasta 33 pacientes pendientes de ingresar.
Así mismo, el enfermero lamenta que tampoco cuentan con el aparataje necesario para trabajar. “Tienes que priorizar a quien monitorizas y a quién no. Urgencias no debería estar mendigando aparataje, deberíamos estar prestando aparatos al resto del hospital”, admite.
Preguntado por una descripción de la situación, el profesional relata que “el área de críticos está desbordado, esta mañana [jueves] amanecieron en críticos nueve pacientes cuando la capacidad real es seis más una sala de parada que se ha ocupado con pacientes y se ha tenido que montar aparataje nuevo para atender a un crítico. La UMI (Unidad de Medicina Intensiva) está completamente llena, sufre un colapso continuo. El problema es que llegamos al punto de que en cualquier hospital normal un paciente se estabiliza en planta y se sube a la UMI y aquí se baja a Críticos de Urgencias porque el resto de intensivos está ocupado por pacientes”, aclara.
La saturación, “un mal endémico”
La saturación, “un mal endémico”El enfermero sostiene que la saturación no sólo ocurre en esta época, sino que es “un mal endémico que tiene picos mejores, tenemos días buenos dentro de la saturación”, además de que observa que, al contrario de lo que dicen desde la Gerencia del Hospital, el incremento no se debe solamente a factores climáticos.
“El problema es multifactorial. Por un lado terminó el periodo vacacional de invierno, en Navidades no ha habido tanta saturación porque cirujanos y anestesistas se van de vacaciones y la actividad quirúrgica disminuye, por lo que se tiene cierta tranquilidad ya que al haber menos intervenciones hay más camas libres. Por otro lado está la calima que hace que los problemas respiratorios de los pacientes se agudicen, a ello se le suma la gripe y la llegada del frío que hacen que aumenten las patologías catarrales en los pacientes pluripatológicos, crónicos y ancianos que derivan en problemas cardiacos o insuficiencias respiratorias agudas. Y luego existe una parte que es porque cierta población no va a sus centros de salud y la falta de control de derivaciones hospitalarias desde los centros de salud”, recalca. A ello añade que los fines de semana es cuando se suele aumentar la saturación ya que “hay una norma no escrita de que los domingos y sábados no se puede dar alta en hospitalización”.
Por ello, entiende que la solución pasaría por atajar todos estos frentes a través de una mayor gestión y supervisión. “En verdad Urgencias no se colapsa, se colapsa el hospital, Urgencias puede tener picos de mayor o menor demanda, pero si no le das la salida bien con el alta o con ingreso hospitalario o derivación a otro centro, se crea el colapso”, insiste, para explicar que en Sanidad siempre existe “una excusa permanente” para justificar la saturación cuando esta se podría solucionar cambiando el funcionamiento de los hospitales.
Por su parte, en el Hospital Insular también están teniendo problemas. El martes atendieron a más de 250 pacientes y el miércoles a 232, lo que ha aumentado la media diaria. En este centro hospitalario se ha realizado la apertura de la zona de transición y se ha reforzado la plantilla, pero los trabajadores reconocen que existe una sobrecarga de trabajos y que en ocasiones han tenido que trasladar a pacientes al Negrín
Ante esto, el enfermero lo que recomienda a los usuarios de Urgencias no es protestar a los trabajadores sino poner hojas de reclamaciones. “Reclamen a la gerencia, no se quejen en los pasillos, pidan las hojas de reclamación”, ratifica. Y todo esto sin que todavía se ha llegado al pico de la gripe.