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''No sé lo que pasó, estaba en blanco en ese momento''

El joven boliviano Renato Correa asumió este lunes ante la juez que estranguló a su novia con sus propias manos a pesar de que niega que fuese consciente de lo que estaba haciendo, un hecho que acredita la versión de su letrada que defiende que sufrió un trastorno mental transitorio.

“Yo fui el autor y no hay nadie más culpable pero no puedo ser consciente de algo así”, repitió en distintas ocasiones el autor material de los hechos, pero “no sé lo que pasó, estaba en blanco en ese momento y fue una discusión que acabó en pelea y otra cosa”, dijo.

El joven, que actualmente tiene 22 años, está acusado de haber matado a su novia, Cinthia Dueña Vaca, el 1 de octubre de 2005. Cinthia, que en el momento de los hechos tenía 18 años, llegó a Gran Canaria en septiembre de 2004 para reunirse con su madre, que residía en la capital desde hacía algo más de un año, y que poco después llegó a la isla el acusado, que mantenía con la joven una relación sentimental e incluso se habían casado en secreto en su país natal.

Además, el acusado reconoció en el juicio que poco tiempo atrás de que sucedieran los hechos le dio “un cachetón” pero niega haberla agarrado del pelo ni pegarle, tal y como le preguntó la Fiscal. Además, afirmó que mantenían una relación “un poco rara” pero nunca la acosó ni la persiguió.

El día de los hechos, el acusado quedó con Cinthia a la salida del trabajo y estuvo con ella y una amiga en el barrio de San Cristóbal. Cuando la amiga se fue, el acusado y su novia se fueron al domicilio de ella, sito en la calle Málaga, y una vez allí ambos jóvenes se acostaron en el sillón del salón de la vivienda. El acusado le fue quitando la ropa a su novia mientras la besaba y le proponía mantener relaciones sexuales, a lo que Cinthia se negó aduciendo que se encontraba cansada. Ya en ropa interior ambos, la joven se quedó dormida durante unos 10 minutos abrazada al acusado, mientras él permanecía despierto.

Cuando Cinthia se despertó le preguntó a Renato lo que le pasaba y él le contestó que estaba preocupado por su relación pues dudaba de los sentimientos de ella hacia él.

Posteriormente, “discutimos durante media hora, nos golpeamos, nos arañamos, nos tiramos cosas y nos insultamos”, afirmó el acusado ante el jurado popular. Además, el acusado negó que le dijera a su novia que, “aunque tuviera que pasar 40 o 45 años en la cárcel, no permitiría que ella no fuera con él”.

Posteriomente, “acostados como estaban de lado uno frente al otro mirándose a la cara, la agarró del cuello con las manos y apretó con fuerza los dedos para quitarle la vida”, apuntó.

“La joven se revolvió y cayeron los dos al suelo, en donde ella luchó como pudo para zafarse de su agresor, arañándole la cara y el cuello y golpeándole en varias partes del cuerpo con las piernas y, aunque por momentos la soltaba, la volvía a agarrar de nuevo. El acusado apretaba sus dedos contra el cuello de su novia, consciente como era de que así la mataría, y, con dicha intención de arrebatarle la vida, continuó apretando hasta que sus dedos se quedaron sin fuerza y optó entonces por cerrar los puños y apretarlos contra la garganta de la joven hasta que la misma dejó de ofrecer resistencia y murió asfixiada. Ya muerta, el acusado arrastró el cadáver de su novia hasta su cuarto, lo escondió debajo de la cama y cerró la puerta del dormitorio”, resalta el escrito del Fiscal.

El acusado afirmó que la escondió porque “estaba asustado, es una impresión muy dura que yo no consigo olvidar”, afirmó Renato entre lágrimas teniendo que parar de declarar en algunos momentos.

Entre 15 y 25 años de prisión

El Ministerio Fiscal ha solicitado un total de 15 años de prisión por un delito de homicidio y 100.000 euros de indemnización, que coincide con la abogada de la defensa que exige que se tenga en cuenta una eximente de trastorno mental transitorio y la colaboración con la justicia y para ello solicita la libre absolución.

Tanto la abogada del Servicio Integral de la Mujer del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, como la acusación particular, el Instituto Canario de la Mujer y el abogado del Estado coinciden en acusarlo de asesinato para el que piden entre 18 y 25 años de prisión y los 63.000 y 180.000 euros.

Este martes continúa la vista oral con la declaración de una quincena de testigos de la víctima y del acusado, en la Audiencia Provincial.