Investigadores de la Universidad de Kyushu, en Fukuoka (Japón), han demostrado de un perro pueden detectar, a través de su olfato, el cáncer colorrectal y sugerido que los perros también podrían identificar por el olor los cánceres de piel, vejiga, pulmón, ovario y mama. El descubrimiento se ha publicado en Gut.
El perro utilizado en este experimento se llama Marine, una labradora negra de ocho años a la que los investigadores sometieron a diferentes tandas de pruebas, en las que le pedían elegir entre cinco muestras la que pertenecía a un paciente con cáncer, diferenciándola de las otras cuatro, de pacientes sanos.
A través de una prueba de olor de aliento, el animal escogió la muestra con cáncer en 33 de los 36 intentos. La labradora tuvo incluso más éxito con la prueba de olor de las deposiciones de los pacientes, donde fue capaz de identificar el cáncer en 37 de las 38 veces que lo intentó. El animal logró detectar incluso los cánceres de colon en etapas tempranas, una tarea de gran dificultad.
La biología de un tumor incluye la presencia de un olor distintivo y diversos estudios han utilizado perros para tratar de detectar esta enfermedad. Según Hideto Sonoda, de la Universidad de Kyushu, “realmente el cáncer tiene un olor específico, pero sus componentes químicos no están claros. Sólo el perro conoce la respuesta”.
Los programas de screening para la detección del cáncer de colon a través de la búsqueda de pequeñas cantidades de sangre en las heces sólo detectan la enfermedad en uno de cada 10 casos en etapas tempranas, según los investigadores.
Desarrollar “un olfato eléctrico” de perro
Según Sonoda, “sería difícil introducir la detección del cáncer con el uso de perros en la práctica clínica, debido al gasto y el tiempo que se requeriría para educar y entrenar al animal”.
Además, puntualiza, “la habilidad para olfatear y para concentrarse varía según el perro e incluso, con el mismo animal según el día”, ha indicado este experto en declaraciones a la BBC.
Hasta ahora, se han puesto en marcha algunas investigaciones, aún en fases tempranas, para desarrollar un “olfato eléctrico de perro” con potencial para convertirse en un nuevo test para la detección del cáncer a través de su olor.
“Es necesario -dice Sonoda- identificar los componentes orgánicos volátiles específicos del cáncer (olores) que detectan los perros y desarrollar un sensor para la detección temprana de la enfermedad que pueda sustituir al olfato de los perros”.