Más de 200 personas se han dado cita en Las Palmas de Gran Canaria, frente a las Casas Consistoriales, para reclamar diálogo entre el Gobierno de España y el Govern de Catalunya, en consonancia con varias ciudades españolas de todo el territorio nacional y respondiendo a la convocatoria de la plataforma Parlem/Hablemos.
Unos 45 minutos después del inicio de la concentración (12.00 hora peninsular), comenzaron a llegar las primeras personas, que media hora después superaron el centenar. Una vez situados frente a las Casas Consistoriales, de espaldas al edificio, desplegaron una pancarta en la que podía leerse Hablemos. Parlem al tiempo que no han parado de repetir la consigna “Hablemos” y aplaudir, todos vestidos de blanco.
A la concentración --en la que los asistentes hicieron sonar sus palmas de manera ininterrumpida durante los veinte minutos que duró-- acudieron varios representantes políticos como la secretaria general de Podemos en Canarias, Noemí Santana, el concejal de Participación Ciudadana de Las Palmas de Gran Canaria, Sergio Millares, y el consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez.
“Podemos convivir todo el mundo con sus ideas, con sus posiciones y sus banderas sin necesidad de llegar a los extremos que se ha llegado. Instamos a que haya una solución política, que los políticos, que para eso están, se sienten a negociar, a hablar, a resolver las cosas y no descargar todo el peso en la ciudadanía. El canto es por la paz”, dijo el activista Tana para dar por concluida la concentración.
Gloria Benítez fue una de las asistentes a la concentración: “Yo tengo un vínculo muy especial con Catalunya y no me gusta lo que está pasando. Lo que ocurrió el domingo me produjo vergüenza y una enorme tristeza. Lo que hay que hacer es sentarse a hablar. La calidad de los políticos españoles y catalanes está dejando mucho que desear. Esto necesita una solución política y no una represión policial tan contundente”.
Víctor Ramírez, por otro lado, cree que la decisión de acudir a esta concentración de blanco obedece a lo que simboliza: “paz o pureza”, que aporta “una mirada limpia a la realidad sin ser enturbiada por manipulaciones ni extremismos”. A su juicio, la única vía para poder resolver el conflicto con Catalunya se basa en el “diálogo, que los políticos se sienten y hablen” y nunca “a través nunca de confrontaciones ni posturas inmovilistas, radicales y cerradas”.