Más de 150 personas exigieron este domingo mayores medidas para atajar la violencia callejera en una concentración convocada en Las Palmas de Gran Canaria por los padres del joven Iván Robaina, víctima mortal de una agresión en una zona de copas, y los de otros chicos atacados en ese entorno.
“Hacer un nuevo llamamiento en señal de repulsa y manifestación por la agresión sufrida” por distintos jóvenes que “salieron un día a disfrutar una noche y vieron cómo un grupo de individuos les agredía injustificadamente” fue el objetivo de la movilización, según se subrayó en un manifiesto leído, en nombre de los congregados, por Gloria Robaina, tía del fallecido.
Una víctima que se registró el pasado diciembre en la calle Franchy Roca de Las Palmas de Gran Canaria sin que las iniciativas de su familia ni quienes les secundaron, tanto en otra manifestación anterior convocada en la ciudad, como por otras vías, hayan evitado que en el lugar o las cercanías se produjeran agresiones similares que, aunque sin muertos, han aumentado la alarma.
Por ello, en el manifiesto se destacó la voluntad de volver a concentrarse en demanda de soluciones cuantas veces sea necesario.
“Es deseo de todos que ésta sea la última vez que tengamos que reunirnos, pero mucho nos tememos que éste no es sino el segundo de los días en que los ciudadanos de esta isla debamos hacerlo”, leyó, al respecto, Gloria Robaina.
Matizó, en todo caso, en que cada nueva convocatoria se hará, de ser preciso, “confiando siempre en el final de esta forma de diversión para algunos, que -recalcó- deben recibir un severo castigo”.
Y añadió, en nombre de los congregados: “confiamos también en que, para ello, se establezcan las medidas educativas, de acción social, de lucha antidroga y presencia policial necesaria para evitar comportamientos violentos en las calles”.
En consonancia con el texto, el padre de Iván, Rafael Robaina, quiso remarcar que el de hoy no era un acto para evocar el dolor de su pérdida, sino que su contenido era “reivindicativo”, destinado a insistir en la demanda de que se pongan soluciones, en la medida en que “ha habido otros casos también similares, en el mismo sitio, las mismas circunstancias”.
Como garante de ello, compareció en la concentración también Andrés Herrera, padre del último de los jóvenes agredidos en la zona, en esta caso pocos días atrás, que, nervioso, según confesó, se sumó a las peticiones de los manifestantes.