Piden 12 años para el acusado de robar 65 euros a una mujer y luego violarla

La Fiscalía mantuvo este miércoles la pena de 12 años de cárcel contra un hombre acusado de presuntamente entrar de noche en la vivienda de una mujer en Las Palmas de Gran Canaria, donde se apoderó de 65 euros en efectivo y de un teléfono móvil valorado en 60 euros y, posteriormente, la agredió sexualmente, hechos que el procesado dijo no recordar debido al consumo de crack y cocaína, aunque las pruebas periciales confirmaron su presencia en el domicilio.

El procesado D.R.M.S., de 25 años de edad y nacido en Mauritania, declaró este miércoles durante el juicio, celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, acusado de presuntos delitos de agresión sexual y robo en casa habitada con escalamiento, según el Ministerio Público. Por su parte, la defensa solicitó para su cliente dos años de prisión por robo en casa habitada y escalo y un año y nueve meses de cárcel por presunto abuso sexual, con las atenuantes de enajenación mental debido a sustancias tóxicas y colaboración con la justicia al entregarse en la Policía.

La víctima, de unos 50 años de edad y con una enfermedad mental, no pudo reconocer al acusado debido a que la agresión sucedió a oscuras y él le decía continuamente: “cierra los ojos”, al tiempo que la amenazaba diciéndole que había otro hombre fuera esperando. Así, confesó que no se resistió “por miedo” a que le “sacara un cuchillo”.

Por su parte, los peritos confirmaron que pruebas biológicas recogidas en un papel higiénico en el dormitorio de la mujer coinciden con el perfil completo del procesado, mientras que otras pruebas parciales señalan que no se puede afirmar ni negar que los restos pertenecen al acusado.

“No recuerdo nada de eso”

Durante el interrogatorio, el acusado manifestó no recordar que en la madrugada del 10 de diciembre de 2007, después de trepar por un edificio en construcción, logró acceder a la terraza del domicilio de la mujer colindante al mismo, en la cuarta planta y, aprovechando que la puerta corredera de dicha terraza se hallaba abierta, se introdujo en el mismo apoderándose de 65 euros en efectivo y de un teléfono móvil valorado en 60 euros.

A continuación, según el fiscal, el procesado viendo que la mujer se hallaba durmiendo se dirigió al dormitorio de ésta y se echó encima de ella para practicar actos sexuales. La mujer, que se despertó y no quiso tener ninguna relación sexual, quedó paralizada por el “miedo” que le infundió el procesado, quien tras practicar relaciones sexuales con ella emprendió la huida por el mismo sitio que había entrado.

Estos hechos fueron negados por D.R.M.S., quien dijo que se entregó en la Policía por haber robado, pero insistió en que no conocía a la víctima, no había estado en su casa ni había mantenido relaciones sexuales con ella. “No recuerdo nada de eso”, apuntó el acusado, que trabajaba en la construcción en la etapa en la que sucedieron los hechos y alegó que vivía en una calle de la capital se quedaba en el portal y robaba para consumir droga.

La víctima, que confesó padecer una enfermedad mental, indicó que ahora no puede “ver a ningún hombre” y se va a “tener que poner en tratamiento psicológico”. Si bien, el fiscal manifestó que, a pesar de su patología, su testimonio es “verosímil” y no está “en entredicho”.

La mujer relató que duerme con la terraza abierta porque fuma “mucho” y en un momento dado durante la madrugada del 10 de diciembre de 2007 vio que un hombre se “tiró encima” de ella y la intentó “violar”, aunque “no llegó a hacerlo”. “La habitación estaba oscura y no le pude ver la cara”, apostilló.

El ADN es coincidente

Los peritos confirmaron que en las pruebas vaginales no se hallaron muestras de perfil genético del acusado, si bien sí se encontraron restos de ADN coincidentes con él en papel higiénico. Además, señalaron que no había lesiones físicas en los genitales de la víctima ni extragenitales, así como “no hubo forcejeo”.

Asimismo, dos policías nacionales peritos señalaron que se encontró una huella del acusado en el marco de la puerta de entrada a la cocina “claramente identificatoria”.

Otro agente de la Policía Nacional resaltó que “el acceso desde la calle a la vivienda es difícil, pero es fácil una vez dentro de la obra”. Agregó que el acusado “tuvo que doblar tela metálica y escalar para entrar en la obra” y de ahí a la casa.

Por todo ello, el Ministerio Público solicita para el acusado imponer la pena de 3 años de prisión por un presunto delito de robo con fuerza en las cosas de la casa habitada, así como nueve años de prisión por un delito de agresión sexual.

En opinión del fiscal, ambos presuntos delitos han quedado “acreditados” e incidió en que el procesado fue “incapaz” de explicar por qué había huellas y material biológico suyo en la casa. En cuanto a la responsabilidad civil, el Ministerio Público reclama una indemnización a la víctima en la cantidad de 12.000 euros por los daños morales causados.

El letrado de la defensa, Felipe Rocillo, reclama para su cliente 2 años por robo en casa habitada con escalo y un año y nueve meses por presunto abuso sexual, con las atenuantes de enajenación mental por el consumo de sustancias estupefacientes y colaboración con la justicia. De hecho, añadió que antes de lo acontecido el acusado permaneció ingresado en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín por sufrir “dos conatos de infarto por abusar de la cocaína”.