El Gobierno canario ha dispuesto un programa de intervención para que el ingreso en un centro de la niña Piedad, de 5 años, que vive desde hace más de dos años con una familia de acogida y es reclamada judicialmente por su madre biológica, tenga para ella la menor repercusión física y psíquica.
Fuentes de la Dirección General del Menor y la Familia explicaron este lunes que con este plan se da cumplimiento al auto de la Audiencia Provincial de Las Palmas que establece que hasta que se resuelva el recurso presentado por la familia de acogida a la sentencia que ordena el regreso de la menor con su madre biológica, la niña deberá ingresar en un centro de acogida.
Soledad, la madre adoptiva de Piedad, indicó que aunque la Consejería ha intentado suavizar la permanencia de la niña en un centro, se trata de una medida “inhumana”, y afirmó que no ve la razón por la que su hija tiene que ingresar.
El plan diseñado por la Consejería prevé que la niña vaya al centro de acogida dos horas al día en horario de tarde y que después vuelva a dormir a su hogar adoptivo.
Durante su estancia en el centro, la niña contará con apoyo educativo y psicopedagógico perteneciente al Programa de Prevención y Protección de Menores, que realizará una evaluación de la menor y emitirá un informe que será remitido a la Audiencia Provincial de Las Palmas.
Piedad, nombre supuesto de la menor, es ajena a este conflicto y, según explicó Soledad, esta tarde le dirá que van al centro “a jugar un rato”.
La madre adoptiva dice que los centros no son depósitos
Soledad afirmó que está “desilusionada, dolida y desolada” y consideró que los centros de acogida no son depósitos donde llevar a los niños unas cuantas horas sino que están pensados para niños con problemas familiares graves, circunstancias, señaló, que no tiene su hija.
Además, Soledad expresó su preocupación por la repercusión que para la niña pueda tener la estancia en un centro de acogida, ya que posiblemente le recordará el periodo en el que residió en uno.
Piedad ingresó en un centro de acogida en mayo de 2002 con ocho meses y dados los problemas que tenía la niña, que padecía ataques epilépticos y no sabía tragar, en mayo de 2005, se le dio en acogida a esta familia residente en el municipio tinerfeño de La Orotava.
Las fuentes de la Consejería indicaron que cuando estaba a punto de iniciarse el proceso preadoptivo, la madre biológica de Piedad pidió que la niña le fuera devuelta y el juzgado número 5 de Las Palmas le dio la razón y ordenó que la menor volviera con su familia biológica.
Según ha manifestado la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Marisa Zamora, departamento que ha apoyado la permanencia de Piedad con su familia acogiente, la madre biológica de Piedad padece trastornos mentales y no tiene las condiciones necesarias para garantizar el futuro de la menor.
La Consejería ha anunciado que presentará un recurso de amparo al Tribunal Constitucional contra el auto que ordena que la menor ingrese en un centro hasta que se resuelva si Piedad vuelve con su madre biológica o permanece con su familia de acogida.