Un grupo de aventureros en Nueva York intentará demostrar que el comercio a través del Atlántico era ya posible hace 14.000 años, mediante una expedición que les llevará a cruzar ese océano con una balsa de juncos de diseño prehistórico y llegar hasta Canarias.
Esta ambiciosa expedición oceánica buscará corroborar que los navegantes de la antigüedad tenían los suficientes conocimientos náuticos como para superar la difícil ruta del Atlántico Norte, desde el Nuevo Mundo al Mediterráneo.
La balsa Abora III, nombre que alude al dios sol de los antiguos guanches canarios, es una réplica de los navíos de juncos de la Edad de Piedra, y fue construido entre el 2005 y el 2006 en Bolivia por indios Aymara, con tecnología étnica tradicional.
Su diseño se refinó en Nueva York entre mayo y junio de este año mediante la instalación de quillas laterales que le permitirán navegar de través y recibir el viento por el costado.
“Con este diseño lograremos nuestro objetivo. Otras expediciones han hecho contacto sólo con vientos favorables y han tenido como punto débil que no habían logrado replicar el sistema de navegación de través”, dijo José Valmaña, uno de los tripulantes hispanos del navío, junto al boliviano Fermín Limachi, indio Aymara que dirigió la construcción de la embarcación.
El equipo de exploradores está encabezado por el botánico y arqueólogo alemán Dominique Gorlitz, miembro del New York Explorers Club, y cruzará el Atlántico rumbo a España tras zarpar e próximo 11 de julio desde un muelle del río Hudson, en el oeste de Manhattan.
Se estima que la travesía del Atlántico Norte, que tendrá paradas en los puertos de Azores y Cádiz, culminará en Tenerife, en las Islas Canarias, a fines de septiembre de este año.
El Abora III no irá acompañado de barcos de asistencia en caso de una emergencia, pero sus tripulantes contarán con teléfonos celulares de satélite para comunicarse, mientras que la posición de la nave se verá en directo por GPS en la página webwww.abora3.com.
La embarcación realizó una navegación de prueba en el río Hudson de Manhattan el pasado 22 de junio y hará otras el 4 de julio en ese mismo río.
Viajes transatlánticos desde la prehistoria
Según los expedicionarios, el descubrimiento de tabaco y coca a ambos lados del Atlántico es un indicio de los viajes transatlánticos que ocurrieron en la era prehistórica, miles de años antes de que Cristóbal Colón llegara a América.
Los científicos encontraron en la momia de Ramsés II, en Egipto, trazas de tabaco y coca, mientras que en otras tumbas egipcias se han hallado restos de escarabajos del tabaco, que no podrían haber volado por si mismos desde el Golfo de México hasta el Mediterráneo.
Las pinturas de navíos de la cultura Magdaleniense en Francia y España, con 14.000 años de historia, también ofrecen testimonios de los altos conocimientos de los navegantes de esa época.
Más recientemente, las expediciones del noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), considerado el fundador de la arqueología marítima moderna, han proporcionado una mejor comprensión de la capacidad marítima de los pueblos prehistóricos.
Heyerdahl pretendía demostrar que ya en la Edad de Piedra ocurrió un intercambio cultural intenso por vía marítima, y para ello lanzó sus famosas expediciones Kon-Tiki -que zarpó desde Perú en 1947-, Ra I y II (1969-1970) y Tigris (1977-1978), también en balsas de junco.
Tras estas travesías ha habido otros intentos similares que no han sido muy divulgados, emprendidos por exploradores y arqueólogos marítimos de Estados Unidos, España y México, según Valmaña.
La expedición del Abora III tiene un coste de casi 600.000 dólares, que han sido en parte financiados por empresas privadas de Alemania y EEUU, pero los principales patrocinadores de este proyecto son los mismos expedicionarios, que sólo han recuperado un 20% de lo invertido.
Valmaña, un historiador cubano-americano aficionado a la arqueología marítima, espera que esta expedición despierte un mayor interés mundial en las crecientes evidencias de que ha habido contactos intercontinentales desde hace siglos.