“De los productos biológicos más seguros que hay en el mercado”. Así se ha referido Amós García Rojas, el jefe de la Sección de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias y presidente de la Sociedad Española de Vacunología, a las vacunas contra la COVID-19 ante las dudas que está generando la dosis de AstraZeneca entre la población.
Los episodios de trombos relacionados con varias personas que recibieron la vacuna AstraZeneca han generado temor y rechazo en la sociedad, aunque apenas palpables en el Archipiélago. Aún así, García ha querido recalcar el proceso al que se somete una vacuna antes de “aparecer en escena” y ser de uso público.
García Rojas hace estas declaraciones el mismo día en que se ha conocido que la Consejería del Sanidad del Gobierno de Canarias investiga la muerte de una mujer de menos de 50 años días después de recibir la dosis de AstraZeneca y de ser ingresada por fuertes dolores de cabeza.
Las vacunas, ha precisado, pasan por un “proceso de ensayo clínico” en el que las muestras poblacionales que se extraen están muy por encima a la del resto de los fármacos. Esto, como explica García, ocurre porque “una vacuna se administra usualmente a personas sanas para prevenir un daño. Por lo tanto, hay que ser extremadamente escrupuloso” en lo que respecta a estos fármacos.
“Los órganos reguladores del medicamento están constituidos por profesionales de relevante solvencia científica que han hecho un estudio exhaustivo de todo el proceso de creación de las vacunas”. Después de todo ello, estos científicos “han constatado” que las vacunas son productos seguros y eficaces, y “por eso se autorizan”, señala García. Esta seguridad también envuelve al fármaco de AstraZeneca.
Efectos secundarios de una vacuna
Hay ocasiones “extremadamente raras” en las que la vacuna puede originar un efecto secundario. “En esos casos, lo importante es resaltar que el sistema de farmacovigilancia funciona de manera magnífica, porque es capaz de detectar un posible caso relacionado temporalmente a la administración de una vacuna tras millones de dosis administradas”. Además, el jefe de de la Sección de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública en Canarias ha querido subrayar la palabra “temporalmente, no causalmente”.
Por ello, García ha solicitado a la población “tranquilidad y sosiego” porque ha subrayado que de haber “la más mínima duda sobre la seguridad de un producto de los que se está ofreciendo en las políticas vacunales públicas, ese producto hubiera sido prohibido por los órganos reguladores del medicamento, que son los que tienen competencias para tomar ese tipo de decisiones”.
Asimismo, ha invitado a “no” perder de vista “lo fundamental”, que ha incidido en que es que “hay que vacunar, vacunar y vacunar porque es la única vía para acabar con este drama” porque donde “realmente está el peso importante del problema es en la enfermedad”, que ha añadido “desgraciadamente todos los días” mueren varias personas “como consecuencia de la enfermedad porque no se pudieron proteger con la vacuna. Por lo tanto, ahí está el problema”.