Que un virus tan contagioso como el SARS-CoV-2 esté campando a sus anchas por Canarias, con este jueves marcando el récord de casos notificados, 816, tiene muchas consecuencias; y la mayoría de ellas negativas.
La Atención Primaria en las Islas está desbordada por la sobrecarga de trabajo. Profesionales consultados por este periódico relatan jornadas interminables que provocan un efecto colateral rara vez tenido en cuenta durante este año y medio de pandemia: el cuidado de los pacientes con enfermedades crónicas, o que requieren una asistencia sanitaria de forma rutinaria, se está dilatando debido al aumento de contagios.
Canarias cuenta con 107 centros de salud y 155 consultorios locales, una ratio de 11,8 por cada 100.000 habitantes, el segundo valor más bajo de todo el país, que solo mejora al de la Comunidad de Madrid (6,3).
A pesar de que el Archipiélago no ha cerrado ningún establecimiento sanitario este verano y tampoco ha echado a la calle al personal de refuerzo, no hay manos dentro de la Atención Primaria para atender, por un lado, la nueva ola de infectados, y por otro, el trato de mayor calidad que requieren los enfermos que necesitan un mínimo de 30 minutos en cada consulta. “Está siendo imposible”, lamenta Ana Darias, subdirectora médica de Atención Primaria de Tenerife.
En uno de los centros del sur de Gran Canaria han confirmado 150 nuevos casos en las últimas 24 horas. El testimonio se repite: hay que rastrear a más personas porque los grupos son más grandes, de entre 10 y 15 personas (se han dado casos de contactos sospechosos de haberse infectado que ante la falta de noticias han llamado personalmente al consultorio), hay que mantener la observación diaria con los positivos que se encuentran en aislamiento, hay tareas administrativas que no se deben dejar atrás pero que ralentizan mucho el trabajo, y hay una lista de espera que está creciendo.
Desde la Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias reclaman que llevan más de siete meses pidiendo una reunión con el director del Servicio Canario de Salud (SCS), Conrado Domínguez, por la falta de organización que existe dentro del sector. En respuesta a este periódico, Sanidad ha confirmado que dicha reunión no se ha dado y que “desde que se estabilice la situación de la pandemia se les recibirá”, ha dicho una portavoz oficial. Por el momento, la única solución factible para ampliar las plantillas ha sido reforzar la campaña de llamamiento para personal sanitario: más notas informativas y más ofertas de contratos.
Qué vemos en las cifras de muertes
Los datos de mortalidad del coronavirus están muy lejos de lo que fueron a principio de año. El ejemplo más gráfico es coger la semana con más decesos (33), que se produjo entre el 17 y el 24 de enero de 2021, y mirar cuántos infectados hubo entre el 3 y 10 de enero, dos semanas atrás, que es el tiempo que tarda de media la COVID en provocar la muerte en los pacientes más graves: en total, 1.590, según las cifras consolidadas del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad.
Este es el ejemplo más representativo en un mundo prevacunas (aunque por aquellas fechas ya había comenzado la campaña de inmunización, pero aún se encontraba en fase de despegue). Ahora podemos realizar el mismo cálculo con los registros de la quinta ola. Contagios reportados entre el 20 y el 27 de junio de 2021: 1.246; muertes 14 días más tarde, entre el 4 y el 11 de julio: tres.
Aunque hay que interpretar estos valores con cautela, porque es previsible que las muertes por COVID-19 en Canarias aumenten en la próximas semanas, tener a más de un millón de personas con la pauta completa de la vacunación está ayudando a contener los que sin duda estarían siendo los peores datos de fallecidos de toda la epidemia.
Y en las hospitalizaciones
Aquí sí podemos ver una curva cada vez más pronunciada. Sanidad se ha visto obligada a activar el Plan de Contingencia en tres de los cuatro hospitales de Tenerife y Gran Canaria debido a que cada vez ingresan más positivos de COVID. La primera semana de junio fueron hospitalizados 24 casos; luego el dato ha seguido creciendo: 47, 51, 73, 63 y 90. La semana con más ingresos en el Archipiélago fue a finales de enero, con 159.
Lo mejor en este escenario de vacunación masiva es analizar la evolución de la epidemia por franjas de edad. Para una mejor representación de las tendencias hemos creado tres grupos: los mayores de 70, los que tienen entre 40 y 69, y los que tienen entre 20 y 39. La curva azul de la gráfica de abajo muestra la tasa de hospitalización, que es la división entre los ingresos hospitalarios por COVID durante una semana y el número de contagios registrado la semana anterior.
En el caso de los mayores se puede observar que no hay cambios. La tasa de hospitalización suele oscilar entre un 30 y un 50%. Significa que de cada diez casos de coronavirus, entre tres y cinco acaban en una cama de hospital.
Esto sería muy problemático para la sanidad canaria de no ser por las vacunas. Con una incidencia como la actual, de 372,71 casos por cada 100.000 habitantes, los mayores se habrían visto más expuestos y habrían saturado el sistema. La clave ahora, aun sabiendo que la tasa de hospitalización es prácticamente la misma, es que la transmisión de la enfermedad es mucho menor entre ellos, la incidencia está en 56,3, por 432 que reportan los que tienen entre 20 y 39.
¿Por qué la tasa de hospitalización es la misma si ya están en su mayoría completamente inmunizados? La gravedad de la enfermedad, como ha dicho Gonzalo Tamayo, especialista en anestesiología y reanimación en el hospital Cruces, en declaraciones al diario El País, sigue estando determinada por varios factores: edad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Según un estudio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), el 80% de los pacientes que sufrieron un cuadro grave de la infección, que precisaron intubación, ventilación mecánica en la UCI y/o fallecieron eran obesos.
Eso sin olvidar el dato absoluto (18 ingresados mayores de 70 en la semana del 4 al 11 de julio, muy lejos de los 70 de la peor semana). Y que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha asegurado que el 83% de los nuevos contagios de COVID en España son diagnosticados en personas no vacunadas.
Que estén aumentando las hospitalizaciones se debe, principalmente, a que la incidencia entre los otros dos grupos analizados, los de la franja entre 40 y 69 y los que tienen entre 20 y 39, está aumentando a un ritmo exponencial (la de los jóvenes marca récord semana tras semana), mientras que la tasa de hospitalización se mantiene estable. La relación es la siguiente. Antes ingresaban dos o tres jóvenes por cada 100 contagiados y la noticia era poco relevante porque apenas se sentían en los hospitales. Ahora, como ya no son 100 los infectados, sino mil, el dato de hospitalizados asciende a entre 20 y 30. Lo mismo está ocurriendo con los que tienen entre 40 y 69.