Las focas monje pueden volver a Fuerteventura. El Ministerio para la Transición Ecológica está ultimando el procedimiento para la reintroducción de esta especie en la Isla. Este jueves ha presentado el estudio de viabilidad demográfica a representantes del Gobierno de Canarias y del Cabildo majorero.
Casi 20 años ha tardado en recuperarse la colonia de foca monje de Cabo Blanco, cerca de Nouadhibou, Mauritania, de la mortandad que tuvo lugar en primavera de 1997, por culpa de un alga tóxica. Actualmente cuenta con suficientes ejemplares, para llevar a cabo el plan de recuperación de uno de los animales más amenazados del planeta.
En el año 97 se ultimaba el traslado de ejemplares a Canarias, a sus antiguos hábitat, pero la situación hizo que el plan se fuera al traste, y la Isla de Lobos, cuyo nombre procede de la foca monje, se quedó con las ganas de volver a recuperar a esta especie.
Pero este jueves se ha producido una reunión entre los técnicos del Ministerio para la Transición Ecológica con la responsable de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, Natalia Évora, y las biólogas de esta institución, para el inicio de este proyecto de recuperación de la foca monje.
Para ello, el Ejecutivo canario tendrá que elaborar un proyecto que posteriormente debe presentarse a la Comisión Estatal del Patrimonio Natural y la Biodiversidad y a la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente para su aprobación.
Los expertos identifican Fuerteventura como lugar idóneo para un ensayo de translocación de ejemplares de foca monje procedentes de la la colonia de Cabo Blanco, la más importante del mundo de esta especie.
Los estudios determinan que se pueden sacar hasta 36 focas en 10 años sin riesgo para que la población sahariana deje de crecer. Las investigaciones son el resultado de años de trabajo con la foca monje de Hawaii.
Por ello, el proyecto canario tendrá la colaboración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) a través de su Programa de Investigación de la Foca Monje de Hawaii, y la Comisión de Mamíferos Marinos (MMC) de Estados Unidos. El archipiélago alberga la única población mundial de foca monje de Hawái, “que es muy parecida a la nuestra”.
Allí se ha realizado un exitoso proyecto de translocación, que puede servir de modelo para este ensayo en Canarias. Uno de sus responsable es Jason Baker, investigador de NOAA y miembro del comité científico de la citada comisión (MMC), que visita estos días la isla de Fuerteventura con los técnicos del Ministerio, y que fue el principal ponente en la reunión con el Cabildo.
Para poder llevar a cabo esta reintroducción, España también cuenta con un acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Mauritania suscrito en 2015, una declaración de intenciones para la recuperación de especies extinguidas en ambos países.
Gracias a este acuerdo se están realizando proyectos preliminares para la reintroducción de cinco especies, cuatro antílopes sahelo-saharianos en Mauritania y la foca monje en España, especies todas ellas en peligro de extinción a escala mundial.
Aunque se estudiaron otros posibles enclaves para la reintroducción de este pinnípedo, lo cierto es que las Islas Canarias orientales tienen un carácter estratégico fundamental para la conservación de la foca monje, al estar localizadas geográficamente entre las poblaciones de esta especie en Mauritania y en Madeira, y tener la capacidad de establecer en un futuro un puente genético entre ambas que evite su aislamiento, según se recoge en el Plan de Acción para la Conservación de la Foca Monje del Mediterráneo en el Atlántico Oriental (CMS/PNUMA).
Amplio hábitat para alimentarse
Por el momento, no existe ni fechas ni lugar de ubicación para la suelta de estos animales en la isla de Fuerteventura, se baraja la costa oeste y podría ser tanto el norte como la zona sur en Jandía.
Los científicos consideran que estas áreas ofrecen un amplio hábitat de alimentación disponible, suficiente para un grupo de individuos reintroducidos, y que las amenazas son mínimas, toda vez que la actividad pesquera se desarrolla a pequeña escala y está prohibido el uso de determinados artes, como el arrastre y el uso de redes de enmalle, que son una importante fuente de mortalidad de muchas poblaciones de pinnípedos, incluyendo las de foca monje.
Asimismo, el buen estado de conservación del conjunto del territorio, con baja densidad de habitantes, con un turismo moderado y, en su mayoría, respetuoso, y unos espacios protegidos con gran extensión, productividad marina y grado de aislamiento muy notables, hacen de Fuerteventura la candidata ideal para un ensayo de reintroducción.
Los técnicos quieren que los pescadores vean a estos animales como aliados, pues se incrementará la vigilancia en la zona y también su producto se revalorizará en los mercados, con un sello ecológico por compartir aguas con una especie en peligro de extinción como es la foca monje.
El biólogo marino Jason Baker considera que los pescadores no tienen nada que temer, pues en estas islas, gracias a un proyecto con el National Geographic, “hemos demostrado a los marineros que las focas no suponen una competencia para ellos”. “Colocamos cámaras fijas en varios ejemplares para grabar y demostrar lo que comían y acabar con el bulo de que acaban con el pescado”, añade.
Listado de especies extinguidas
La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente aprobó el pasado 26 de junio el primer Listado de Especies Extinguidas en Estado Silvestre en España, en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 42/2001, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Las especies incluidas en este listado, elaborado atendiendo a las principales fuentes de conocimiento disponibles, podrán ser objeto de proyectos de reintroducción en el Estado. No se podrán realizar autorizaciones sobre aquellas especies que no figuren en la relación, que está abierta a nuevas incorporaciones mediante solicitud justificada científicamente al Ministerio para la Transición Ecológica.
La lista consta de 32 especies. Entre ellas, se encuentran mamíferos como la foca monje del Mediterráneo y el lince europeo y peces como el esturión europeo y la lamprea de río; aves como el pigargo europeo, el grévol y el torillo andaluz, y una decena de especies vegetales, algunas de ellas declaradas extintas en estado silvestre en todo el planeta como Kunkeliella psilotoclada, un arbusto endémico de Tenerife que fue visto por última vez en 1983 en el extremo noroccidental de la Isla, del que aún existen semillas en jardines botánicos.