Retrasado el vuelo a Canarias con 90 inmigrantes del 'Marine I'

Marine I

El aparato debía haber viajado a Guinea Conakry para su repatriación como parte de un acuerdo alcanzado con España y por motivos humanitarios. Sin embargo, el estallido social registrado el pasado lunes en Guinea Conakry y la decisión del presidente, Lansana Conte, de declarar el estado de sitio, hizo “imposible” el traslado de los náufragos del Marine I a este país por motivos de seguridad.

Ante esta situación, el Ministerio de Exteriores logró que otro país subsahariano “de la región”, que no va a ser identificado por “motivos de seguridad”, acoja a este grupo de 35 inmigrantes. De hecho, las fuentes diplomáticas afirmaron que el Hércules español que les transporta a su país de destino ya salió de Mauritania.

Posteriormente, fuentes del Ministerio de Interior informaron de que los trámites de identificación que se desarrollan en Mauritania para formalizar los expedientes de repatriación de los inmigrantes del buque Marine I retrasaron el vuelo que tenía previsto partir este martes a Canarias con 90 ocupantes del carguero. El Ministerio del Interior prevé trasladar a Canarias a los irregulares del Marine I que no sea posible identificar en Mauritania por parte de las delegaciones de India, Pakistán y Guinea Conakry desplazadas hasta el país africano, aunque desde la cartera dirigida por José Antonio Alonso consideraron que serán “una minoría” respecto al total de los que viajaban en el buque.

Un portavoz de Cruz Roja Española indicó este martes que el último de los 372 inmigrantes que se encontraban en el carguero llegó a tierra durante la noche del pasado lunes (21.36 hora peninsular, 20.35 hora local) y el dispositivo de asistencia sanitaria a estas personas se prolongó hasta las 02.30 horas de la madrugada de este martes. Ninguna de las personas atendidas por Cruz Roja Española, todos hombres y mayores, algunos de los cuales de avanzada edad -algo poco habitual en estos casos-, presenta dolencias especialmente grave, salvo las propias de una larga travesía en alta mar.

Los cuadros médicos más habituales son vómitos, diarreas, quemaduras, fiebres, mareos, tensión alta y “bastantes” sufren sarna por falta de higiene. Sólo uno de los inmigrantes se mantiene en observación con suero, por la extrema debilidad que presenta.

El equipo médico desplegado por la Media Luna Roja Mauritana, Cruz Roja Española y Médicos de Mundo en el puerto de Nuadibú proseguirá hasta que el último de los inmigrantes abandonen esta localidad costera mauritana, explicó el mismo portavoz.

Más de 330 personas procedentes de cuatro países asiáticos

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) concretó este martes que a bordo del Marine I viajaban 369 inmigrantes varones, de los que 334 eran asiáticos procedentes de Cachemira (India), Birmania, Sri Lanka y Afganistán, y 35 eran subsaharianos de Costa de Marfil, Sierra Leona y Liberia.

El personal de la OIM ha sido el encargado de identificar la nacionalidad de los pasajeros y de realizar los trámites administrativos necesarios para facilitar las peticiones de asilo. Para esta tarea, esta organización intergubernamental ha contado con la ayuda de la Policía Nacional y de representantes de los países de procedencia de estos inmigrantes.

Tras pasar dos meses en alta mar y quince días frente a las costas de Mauritania esperando permiso para atracar, los inmigrantes del Marine I pudieron desembarcar el pasado lunes en el puerto de Nuadibú. Todos ellos pasaron la noche en el hangar de esta localidad costera, donde un equipo de 49 personas de Cruz Roja Española (40) y Médicos del Mundo (9) les examinó y les proporcionó comida caliente, bebidas y vestimenta.

Sólo uno de los inmigrantes se mantiene en observación con suero, por la extrema debilidad que presenta, según Cruz Roja Española. Aproximadamente el 50% de los inmigrantes del Marine I fueron atendidos por problemas gastrointestinales, respiratorios y quemaduras solares, pero ninguno fue trasladado al hospital.

La enfermera y coordinadora de Médicos del Mundo en Nuadibú, Pino González, explicó que los inmigrantes están “abatidos” por el desenlace de la travesía que, para muchos de ellos duró meses. “Ha sido difícil tratar a personas con la mirada baja, que se encuentran apesadumbradas por todo el esfuerzo que han realizado en busca de una vida mejor y que no lo han logrado”, lamentó.

Pino González explicó además que, debido a la falta de traductores profesionales en la zona, varias religiosas indias de la Misión Católica de Nuadibú y voluntarios de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han servido de intérpretes con los inmigrantes. “Era reconfortante ver cómo sonreían al reconocer su idioma, quizás ha sido el único momento en los que ha cambiado la expresión de su rostro”, según Pino González.

Una treintena de posibles refugiados

Por su parte, un grupo de 35 personas que viajaban a bordo del Marine I podrían ser susceptibles de cumplir los criterios de asilo, por lo que la oficina del alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados (ACNUR) pidió más tiempo para aclarar su situación.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores explicaron que Mauritania ha accedido a que este grupo de inmigrantes permanezca en su territorio el tiempo necesario para aclarar sus circunstancias y determinar si pueden ser considerados refugiados con derecho a asilo. El grupo está integrado por 22 nacionales de Myanmar (Birmania), 10 de Sri Lanka y tres de Afganistán.

Otro grupo de inmigrantes del Marine I está integrado por 300 personas que han sido identificadas de forma preliminar como ciudadanos indios. Funcionarios de la India están “cruzando” los datos para proceder a su identificación, paso previo a su repatriación a la mayor brevedad posible.

Las fuentes de Exteriores subrayaron la “muy buena colaboración” que están prestando la India y Pakistán, país del que inicialmente se pensó habría inmigrantes. Finalmente, el proceso de identificación descartó la presencia de paquistaníes en el Marine I.

Rubalcaba explica que el proceso será lento

Por otro lado, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró este martes que, aunque el proceso de identificación de los inmigrantes que viajaban en el Marine I va a ser “lento”, se ha solucionado “un problema humanitario” que al Gobierno “le ha preocupado muchísimo”.

Tras su comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso, Rubalcaba explicó que se está realizando “la identificación de los inmigrantes para proceder, a través de los mecanismos oportunos y legales, a las correspondientes repatriaciones”. Según el ministro, “es un proceso lento, porque lo hacemos cada vez que viene un cayuco a España, pero lo vamos a hacer respetando las leyes”.

En este sentido, recordó que las identificaciones “son lentas porque suele haber resistencias por parte de quien no quiere ser identificado, lógicamente porque no quiere ser repatriado”. Indicó que “hay que identificar, comprobar esa identificación y acordar con los países su repatriación”, dijo Rubalcaba, quien señaló que en el caso de Guinea-Conakri se vive “una situación muy complicada” porque se ha declarado el estado de sitio.

“Hemos conseguido que el barco atraque, que no ha sido fácil, hemos conseguido que los enfermos pasen a los hospitales, que no eran tantos como nos temíamos”, dijo el ministro del Interior, quien se mostró satisfecho porque se haya se ha solucionado “un problema humanitario, que nos ha preocupado muchísimo”.