Tabkar Haddi es una mujer saharaui de 42 años que está dispuesta a morir con la huelga de hambre que iniciará este viernes para recuperar el cadáver de su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, quien el 31 de enero fue apuñalado con unas tijeras y falleció el 8 de febrero en El Aaiún.
En una rueda de prensa en la que estuvo acompañada de Lala Elmami, de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui, y de Salaha Larosi, su actual marido, Tabkar Haddi insistió en que no puede vivir sin recuperar el cadáver de su hijo para enterrarlo, y denunció que la casa de su familia en El Aaiún está “cercada”.
Residente en Tenerife desde hace diez años Tabkar Haddi se trasladará este jueves hasta Gran Canaria, donde este viernes y frente al consulado de Marruecos iniciará una huelga de hambre indefinida para pedir el cadáver de uno de sus tres hijos.
Durante la rueda de prensa recordó que el pasado 31 de enero, en torno a las 21.00 horas, ciudadanos marroquíes propietarios de tiendas próximas a la casa de los abuelos del joven Mohamed Lamin Haidala lanzaron piedras al muchacho, quien reaccionó ante los insultos.
Según el relato de Tabkar Haddi, uno de los colonos tiró una piedra contra el pecho de su hijo, quien cayó el suelo mientras los comerciantes se “lanzaban” contra él para golpearle y uno de ello le clavó unas tijeras en el cuello.
Mohamed Lamin Haidala perdió el conocimiento y la policía de “ocupación tardó más de una hora” en ocupar el acta del incidente mientras el joven se desangraba en el suelo, afirmó la madre del fallecido, quien agregó que mientras su hijo era trasladado al hospital de El Aaiún los colonos no fueron detenidos.
En urgencias del hospital el persona sanitario cosió la herida al joven sin utilizar anestesia y sin desinfectarla, y a continuación fue trasladado a la comisaría central, explicó Tabkar Haddi, quien denunció de forma reiterada que su hijo estuvo en el calabozo sin manta y sin colchón hasta la mañana del lunes, dos días después de sufrir el apuñalamiento.
De ese modo, el 2 de febrero el joven fue trasladado al hospital, donde a la familia se negó un certificado médico, y el joven falleció el 8 de ese mes.
Tabkar Haddi dijo que se le ofreció 90.000 euros para que se callase y no reclamase el cadáver de su hijo, pero ella insiste en pedirlo para enterrarlo, y comentó que por televisión informaron de que había sido enterrado, pero ella desconoce si es cierto.
Desde entonces la vivienda en la que reside la familia de Tabar Haddi está “cercada” y su actual marido, Salaha Larosi, denunció que en el calabozo quitaron las vendas al joven y que cuando lo enviaron al hospital de Agadir ya sabían que moriría.
Lala Elmami, de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui, comentó que de los cinco colonos, dos han sido detenidos y aseguró que estas personas actúan con la “complicidad” de la policía marroquí.
Denunció el régimen de terror en el que viva la población saharaui en los territorios ocupados y acusó a parte del personal a sanitario de “encubrir los malos tratos y los asesinatos que se producen en la zona”.
Lala Elmami pidió que no se olvide el hecho de que España es la administradora del Sahara y reclamó que se lleve a cabo una autopsia independiente y sean entregados los autores del asesinato, así como que se termine con el “estado de sitio” en el que viven los familiares del joven muerto.
Esos hechos, señaló Lala Elmami, tienen lugar en un territorio ocupado de forma ilegal por Marruecos, un país con el que la UE tiene de forma “vergonzosa” un trato preferencial, y agregó que España con sus actos parece afirmar que no hay derechos humanos para los saharauis.